La policía reprimió el lunes con gases lacrimógenos a miles de manifestantes que intentaban marchar por una avenida del este de Caracas en el inicio de la segunda semana de protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro y el Tribunal Supremo de Justicia.
Algunos manifestantes con los rostros cubiertos se enfrentaron con los policías con piedras y otros objetos contundentes al tiempo que les devolvían algunas de las bombas lacrimógenas.
La protesta había sido convocada por la oposición bajo la consigna “Sin descanso contra la dictadura” desoyendo la exhortación que realizó la víspera Maduro para que retorne al proceso diálogo que está estancado desde diciembre.
Los manifestantes llevaban carteles en los que se leía “Maduro renuncia ya. Con regionales no se va a arreglar el país. No nos vas a sacar de las calles”.
“Tenemos que salir a la calle a pelear y a decirle a esta gente que no la queremos. Que queremos que se vayan y que queremos elecciones. Queremos recuperar el país que teníamos antes cuando teníamos alimentos, medicinas y seguridad”, afirmó María Guedez, un ama de casa de 67 años, mientras levantaba un cartel que decía “No más dictadura”.
Horas antes del inicio de la manifestación las autoridades cerraron varias estaciones del metro en el oeste y este de la ciudad alegando razones de seguridad.
Las protestas callejeras, que se iniciaron el 30 de marzo, han dejado un muerto, varias decenas de heridos y más de un centenar de detenidos en Caracas y varias ciudades del interior.
Los cuerpos de seguridad han utilizado gases lacrimógenos, balas de goma y camiones cisternas para dispersar las manifestaciones en medio de críticas de organizaciones humanitarias y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, que han acusado al gobierno de excederse en la contención de las protestas.
El presidente venezolano llamó el domingo a la oposición a retornar al diálogo y se mostró dispuesto a ir a elecciones regionales.
“Mantendremos la presión a pesar de las promesas de Maduro”, afirmó el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, diputado Freddy Guevara, quien planteó en su cuenta de Twitter que la oposición mantendrá las acciones de calle hasta que se llame a comicios generales y se “respete” al Congreso, que el año pasado pasó al control de la oposición luego de 17 años de ser manejado por el oficialismo.
En los últimos 15 meses el Tribunal Supremo, señalado de estar controlado por el gobierno, emitió 56 sentencias contra la Asamblea Nacional como parte de una pugna entre los poderes.
El máximo tribunal revirtió a comienzos de mes dos sentencias en las que había asumido las competencias legislativas del Congreso y limitado la inmunidad de los diputados que desataron nuevas tensiones políticas en Venezuela. A pesar de modificación de los dictámenes las críticas de la comunidad internacional y las protestas no han cesado.
Las tensiones recrudecieron la semana pasada luego de la decisión de la Contraloría General, vinculada al oficialismo, de inhabilitar al dirigente opositor Henrique Capriles para participar en eventos electorales por 15 años por supuestas irregularidades administrativas en la gobernación de estado central de Miranda, que dirige el político.
Las protestan contra el gobierno se dan en medio de un contexto de una crisis económica dominada por una inflación de tres dígitos, una severa escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos y una recesión económica.