El Canciller chino llamó a Washington y a Pyongyang a desescalar tensiones y no comenzar una guerra.
La posibilidad de que Corea del Norte lleve a cabo en las próximas horas un ensayo nuclear, tras las últimas demostraciones de Fuerza de Estados Unidos, aumentaron el temor de la comunidad internacional a que estalle una guerra entre ambos en la península coreana.
«Últimamente, las tensiones han escalado, por un lado, con Estados Unidos y Corea del Sur, y por el otro, con Corea del Norte, y uno tiene la sensación de que un conflicto podría estallar en cualquier momento», advirtió el Canciller chino, Wang Yi, quien llamó a todas las partes a dejar de provocarse y no dejar que la situación derive en un escenario «irreversible e inmanejable».
«Si hay una guerra, el resultado será una situación en la que todos perderán y nadie resultará ganador», aseguró Wang, tras advertir de que quien la provoque deberá asumir sus responsabilidades históricas y pagar el precio.
El llamamiento a la contención de China, principal aliado del régimen norcoreano, llega tras la alarma generada por la posibilidad de que Corea del Norte realice su sexta prueba atómica, pues imágenes mostradas ayer de su base nuclear indican que el Ejército estaría listo para realizar una nueva detonación.
El régimen de Kim Jong-un podría llevar a cabo el test, según expertos, mañana, en coincidencia con las celebraciones del «Taeyangjeol» («Día del sol»), el cumpleaños del fundador del país y abuelo del actual líder, Kim Il-sung.
Pyongyang, que no ha confirmado ni desmentido tal posibilidad, criticó hoy con dureza a Estados Unidos por desplegar activos nucleares masivos, tras el envío de un portaaviones a la zona, lo que, alertó, puede llevar a una guerra termonuclear en cualquier momento y suponer una seria amenaza para la paz y seguridad mundial.
«Estados Unidos ha introducido en la península coreana, el punto más caliente del mundo, activos nucleares masivos, amenazando seriamente la paz y la seguridad de la península y llevando la situación al borde de la guerra», indica un comunicado del Ministerio de Exteriores emitido a través de la agencia estatal KCNA.
Además, ayer, fuentes del servicio de inteligencia estadounidense declararon a la NBC que Estados Unidos está preparado para lanzar un ataque preventivo contra Corea del Norte si el régimen de Kim Jong-un intenta llevar a cabo su sexta prueba nuclear.
En la última demostración de fuerza de la política adoptada por el nuevo Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el Pentágono decidió enviar la pasada semana el portaaviones nuclear Carl Vinson a la zona en respuesta a las últimas pruebas de misiles de Pyongyang y tras insinuar que ha analizado la posibilidad de realizar ataques preventivos para evitar que siga desarrollando su programa nuclear.
Un día después, Estados Unidos bombardeó por primera vez un objetivo del régimen sirio por su supuesto uso de gases químicos en lo que muchos consideran una advertencia a Corea del Norte, que hoy lo calificó de una flagrante violación de la ley internacional y una agresión bárbara e insolente.
Ayer, el Primer Ministro japonés, Shinzo Abe, quien ha cerrado filas con Trump, afirmó que Corea del Norte podría tener la capacidad de lanzar misiles equipados con armas químicas y trazó paralelismos entre el régimen que lidera Kim Jong-un y el del Bashar al-Assad.
La advertencia de Estados Unidos a Pyongyang pudo haberse repetido ayer, cuando Washington usó por primera vez en un conflicto la mayor bomba no nuclear, la llamada «Madre de todas las bombas», para destruir instalaciones del grupo terrorista autodenominado Estado Islámico en Afganistán.
«No sé si manda o no un mensaje (a Pyongyang). Corea del Norte es un problema y nos ocuparemos de él», afirmó Trump al comentar el bombardeo brevemente tras una reunión en la Casa Blanca.
La nueva actitud de Washington, más agresiva con Trump que con el anterior Mandatario, Barack Obama, y la imprevisibilidad del régimen de Pyongyang llevaron hoy al Ministro chino de Exteriores a llamar a la contención.
Esa llamada recibió el apoyo de Francia, cuyo Ministro de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, fue un paso más allá al insistir en la necesidad de lograr la desnuclearización de la península coreana.
«La comunidad internacional es unánime: ha llegado el momento de que Pyongyang cumpla sus propios compromisos», recalcó Ayrault, en el mismo sentido en el que se habían manifestado días antes la Canciller alemana, Angela Merkel, y la Primera Ministra británica, Theresa May.