Pedro Pablo Kuczynski Godard, PPK para los peruanos, fue elegido presidente de la República del Perú en julio del año pasado. Este hombre que ya no es un joven –tiene 78 años-, es todo un estuche de monerías. Para empezar es hijo de un científico judío alemán-polaco asquenazi que se avecindó en la nación inca a principios de los años 30 del siglo pasado, para estudiar y combatir la lepra en la amazonia peruana y en esa selva, marginada y pobre nació y creció PPK.
Por parte de la madre, de origen franco-suizo, es primo hermano del cineasta Jean-Luc Godard que, entre otras cintas, dirigió en 1980 la polémica ‘Yo te saludo, María’, que es una reinterpretación muy libre del embarazo inmaculado de la Virgen María, lo que da una idea de la progenie de PPK, a lo que habría que agregar que estudió composición, piano y flauta, se formó en economía en las universidades de Oxford (Reino Unido) y Princeton (USA) y cuenta con, nada más, 7 Doctorados honoris causa, es poseedor de la medalla James Madison de la Universidad de Princeton y le fue otorgada la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica otorgada por España, o sea, estamos hablando de un tipo con un empaque y una formación muy especial.
Pues PPK, que por lo que se ve está dispuesto a romper con el círculo vicioso de corrupción en el que ha estado sumido el Perú casi desde que se independizó de España en 1820, y acaba de decretar un conjunto de medidas contundentes para combatir la corrupción definitivamente y desterrarla de las instituciones gubernamentales peruanas. Entre estas medidas ha decretado que, por ejemplo, las empresas condenadas por corrupción nunca más podrán contratarse con el Estado. Asimismo, para los funcionarios corruptos será decretada la ‘muerte civil’ para que nunca más puedan trabajar en el Estado, es decir, nada de inhabilitaciones temporarias, si eres corrupto automáticamente quedas inhabilitado de por vida. ¡Se acabó, vámonos…!
Por si fuera poco, todos los contratos de concesión del Estado peruano, obligatoriamente, incorporarán la cláusula anticorrupción, con la finalidad de resguardar los intereses del país, esto parece algo irreal, pero ante las disposiciones anteriores los funcionarios van a pensar dos veces antes de corromperse. Por otra parte, se triplicará el presupuesto de la fiscalía dedicada a investigar y atrapar a los corruptos (caiga quien caiga), y se va a impulsar un sistema para recompensar y proteger a ciudadanos que denuncien casos de corrupción en las instituciones gubernamentales. Al respecto sentenció Kuczynski: «Quienes nos ayuden a acorralar y sentenciar a los corruptos, serán premiados y protegidos». En el caso de la empresa brasileña Odebrecht (Braskem-Idesa) acusada de corromper autoridades, se le aplicó una garantía por 262 millones de dólares con el fin de que la brasileña resarza los daños ocasionados al Perú, además de que será excluida de los proyectos y contratos que tenga en todo el país.
Medidas drásticas así hacen falta en México. El país y el gobierno (Estado) no puede seguir transigiendo con el tema de la corrupción, quien cometa un acto de esa naturaleza por comisión y omisión debe ser expulsado de las estructuras funcionales del gobierno, sin ninguna oportunidad de una futura reinserción en cualquiera de los niveles de gobierno, sin contar con las penas punitivas a las que pudiera hacerse acreedor quien cometa una falta así, al pago de las multas que deriven de los daños ocasionados y ser condenado la reparación irrestricta de los mismos.
Vamos a ver si con esto no nos vamos corrigiendo.
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@marcogonzalezga