Cayó Duarte, ¿y la lana, apá?
Pepe Valencia
Hace 11 años, semanas antes de las elecciones de 2006, recibí y comencé a tratar a Javier Duarte de Ochoa, en mis oficinas de El Sol de Córdoba. Jovial, simpático, dicharachero. Con muy buen sentido del humor. Manejaba entonces las finanzas del PRI estatal. Acompañaba a José Yunes Zorrilla, quien por primera vez competía para senador.
Nadie imaginaba que cuatro años después sería gobernador y que del más votado de la historia pasaría a ser el más repudiado de cuantos ha habido.
La última vez que lo saludé personalmente fue el año pasado en la Casa Veracruz. Un grupo de periodistas lo entrevistamos sobre diversos temas, antes de las elecciones de junio.
Se le percibía confiado, seguro de sí mismo y tácitamente auguraba que él seleccionaría al candidato del PRI a la gubernatura, con la venia del presidente Peña Nieto.
Hoy está preso y el mérito de su captura se lo disputan la Procuraduría General de la República y el gobierno estatal de Veracruz. O sea, el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Miguel Ángel Yunes.
Circulan, además, un sinfín de conjeturas: que si es una detención negociada, que para distraer la atención, que para mejorar la imagen del PRI y gane las elecciones en el estado de México, que para que confiese que apoyó con dinero a López Obrador y así bajarlo del primer lugar en las encuestas, etcétera y etcétera.
Lo cierto es que ya está en prisión, que los veracruzanos están de plácemes y esperan que caigan más ex servidores públicos y políticos en funciones que se robaron millones y millones de pesos.
Pesan muchas acusaciones en su contra y la que a más gente importa es la del dinero desviado o robado. Son miles de millones de pesos.
¿Dónde está este dinero, cuánto y en cuánto tiempo será recuperado? El pueblo exige justicia.
Que si fue Yunes el que denunció, presionó y logró que se le encarcelara o fue Peña Nieto a través de la PGR, ya no es lo relevante. Y sí, en cambio, que se castigue a los responsables del saqueo y se reintegre a Veracruz lo que le corresponde.
A mi juicio, el políticamente más beneficiado con la captura de Javier Duarte no es Enrique Peña Nieto, ni el PRI, sino Miguel Ángel Yunes Linares.
Y si se recupera todo el dinero robado, realmente se habrá hecho justicia a Veracruz.