Hace tres décadas nacieron Los Simpson casi por casualidad, cuando el productor y director James L. Brooks pidió a Matt Groening que adaptara para la televisión su tira cómica La vida en el infierno, la historia de un conejo que vive en Los Ángeles.
Groening no quería ceder los derechos de esos personajes para la televisión, por lo que en sólo 15 minutos, mientras esperaba a ser atendido fuera de la oficina de James L. Brooks, ideó los personajes de una familia disfuncional, cuyos dibujos animados rápidamente se convirtieron en “un logro sin precedentes o par en la historia de la televisión”, aseguró el crítico del New York Times, A.O. Scott.
La serie Los Simpson se estrenó en 48 cortos que aparecieron en The Tracey Ullman Show, el aclamado programa de variedades de Fox. Los primeros segmentos, en su mayoría de 20 y 30 segundos de duración, aparecieron en 1987 y se concibieron como tiras de relleno.
El 19 de abril de 1987 aparecieron por primera vez en The Tracy Ullman Show y se hicieron tan populares que dos años después tenían su propio programa de media hora en un espacio estelar donde lleva emitiéndose 28 temporadas.
Groening llamó al patriarca Homero, como su propio padre, al resto también los bautizó con nombres de su familia: Margaret es el de su madre, Lisa y Maggie los de sus hermanas. Sólo cambió el que debía representarle a él y le llamó Bart, una variante de la palabra Brat, que en inglés significa mocoso malcriado.
A inicios de la década del noventa Los Simpson comenzaron a destacarse inmediatamente. Los caracterizaban las líneas afiladas e irregulares que delineaban las figuras. Además de los llamativos colores de piel amarilla brillante y pelo azul, que definieron los animadores húngaros Gabor Csupo y Gyorgyi Peluce.
Los cortos iniciales nunca han sido lanzados oficialmente por Fox, y sólo unos pocos se pueden encontrar en YouTube. Ello ayuda a entender en materia gráfica las refinadas diferencias en el delineado de los personajes que siguen representando una familia de clase media americana cuyos diálogos tratan sobre temas sociales.
La escena en la que Bart y Lisa miran la televisión en el sofá, en ocasiones acompañados del resto de la familia, resulta icónica de la serie que incluso ha llegado a realizar comerciales publicitarios con esa imagen. Los comentarios más irreverentes sobre los efectos hipnóticos de la TV en los niños, la política, el cambio climático, la guerra, la propia familia, suelen realizarse desde el sofá.
En una ocasión la revista Time dijo que Los Simpson establecieron “las referencias culturales y la sensibilidad de una generación”. Pero aún así, el espectáculo ha sido normalizado por su propio éxito, y se ha convertido en una radiografía de la sociedad norteamericana.
En sus episodios aparecen políticos, cantantes, personajes históricos y estrellas de cine, un desfile de gratuitas apariciones de celebridades entre los que destacan: Lady Gaga, Mark Zuckerberg, Donald Trump y Hilary Clinton.
Los extrañamente amables personajes que Groening nos presentó hace 30 años introdujeron el arte satírico en la corriente principal de los show televisivos. Y luego la comedia hecha por dibujos animados siguió adelante por si sola.
Los Simpson han sido visionarios y muchas de sus predicciones se han cumplido. En 1995 se adelantaron a inventos como los relojes inteligentes, las video llamadas, la realidad virtual y las tablets. Predijeron la lesión de Neymar en el mundial de Brasil de 2014; las escuchas por parte del gobierno de los Estados Unidos que denunció Edward Snowden, el atentado terrorista del 11 de septiembre a las Torres Gemelas.
En el año 2000 anticiparon la victoria de Trump en las elecciones norteamericanas, poniendo a Lisa Simpson como su sucesora en la Casa Blanca por lo que tiene que hacerse cargo del desastre económico que Trump ha dejado.