Al menos 60 personas murieron, entre ellas medio centenar de soldados y diez talibanes, y alrededor de 70 militares resultaron heridos hoy durante un ataque insurgente contra una base del Ejército afgano en el norte de Afganistán.
“El número de (soldados) muertos ha superado los 50 y el de heridos es ahora de 73“, dijo a Efe un comandante del Ejército afgano que pidió el anonimato, que añadió que el total de insurgentes fallecidos asciende a diez.
Zabihullah Kakar, miembro del Consejo de la provincia de Balkh, donde ocurrió el ataque, confirmó a Efe que al menos “66 miembros del Ejército murieron y 73 resultaron heridos”.
Sin embargo el ministerio afgano de Defensa ha evitado dar cifras concretas sobre el total de víctimas.
Un portavoz de ese ministerio, Dawlat Waziri, que en un principio había informado a Efe que la cifra de militares fallecidos era de ocho, aseguró en nuevas declaraciones que “el número de muertos y heridos será anunciado tras completar la investigación”.
“Desafortunadamente también tenemos muertos y heridos”, anotó sin dar más detalles tras elevar a nueve el número de insurgentes muertos en el ataque, dos de ellos tras inmolarse y siete en los tiroteos con las fuerzas de seguridad, aunque anotó que un décimo se encuentra retenido con vida.
El ataque, que se prolongó durante seis horas, comenzó poco después del mediodía, cuando los soldados salían de la mezquita tras las oraciones del viernes, en el cuartel situado en el distrito de Dehdadi, explicó Waziri.
Un portavoz de las fuerzas especiales del Ejército afgano encargadas de neutralizar a los atacantes, Javid Salim, subrayó a Efe que los talibanes aprovecharon el momento de las oraciones del viernes para iniciar su ofensiva y remarcó que la situación está “bajo control” con todos los talibanes muertos.
“Ahora hay una investigación abierta para determinar cómo los atacantes consiguieron entrar en la base”, concluyó Salim
Un portavoz del Ejército, Abdul Qahar Aram, había detallado a Efe con anterioridad que los insurgentes iban vestidos con uniformes militares y lograron infiltrarse dentro del cuartel en el interior de varios vehículos del Ejército.
Los insurgentes “fueron descubiertos en la entrada en el segundo puesto de control, donde el primero de los atacantes se inmoló”, mientras que el resto iniciaron el intercambio de disparos con las fuerzas de seguridad, relató Aram.
Los talibanes reivindicaron el ataque a través de un comunicado remitido a Efe por su portavoz, Zabihullah Mujahid, que añadió que mataron a “más de un centenar de soldados”.
La provincia de Balkh es una de las más seguras en Afganistán.
La violencia se ha incrementado en el país asiático desde el final de la misión de combate de la OTAN en Afganistán el 1 de enero de 2015 en medio de un avance de los insurgentes, que han reducido el territorio en manos del Gobierno a apenas un 57% del total, según datos de Estados Unidos.