El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció hoy que el fin del Tratado Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) supondría “un shock bastante grande para el sistema”, por lo que se insistió en “ofrecer una oportunidad” a la renegociación del pacto con México y Canadá.
“He decidido que en vez de terminar el TLCAN que, como saben, sería un golpe bastante grande para el sistema, lo renegociaremos”, dijo Trump al comienzo de su reunión en la Casa Blanca con el presidente de Argentina, Mauricio Macri.
Por ello, el mandatario, que ha criticado el acuerdo en vigor desde 1994 como un “desastre“, afirmó que va a “dar una buena y fuerte oportunidad a la renegociación”.
No obstante, agregó de inmediato que si es “incapaz de alcanzar un acuerdo justo para EU, es decir, un acuerdo justo para nuestros trabajadores y empresas, finalizaré el TLCAN”.
“La renegociación empezará muy pronto. La renegociación empieza hoy”, agregó sin ofrecer más detalles.
Las declaraciones de Trump se producen después de que este miércoles hablara con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y volviera a hablar esta mañana sobre la cuestión en varios mensajes en su red favorita Twitter.
En la conversación, el mandatario reiteró a sus homólogos la voluntad de renegociar el pacto tras las informaciones publicadas por varios medios estadounidenses acerca de que la Casa Blanca estaba considerando una retirada unilateral del TLCAN, con base en un borrador de orden ejecutiva al que tuvieron acceso.
Hasta ahora Trump había dirigido a México sus más duras críticas sobre los efectos dañinos del TLCAN para Estados Unidos, pero en los últimos días el mandatario se ha centrado en acusar a Canadá de perjudicar a los agricultores y productores de leche estadounidenses.
Además, impuso un arancel del 20 % a la madera conífera procedente de Canadá por considerar que ese producto está subvencionado ilegalmente para ganar competitividad.
La renegociación del TLCAN fue una de las principales promesas de campaña electoral de Trump, que ha hecho del nacionalismo económico una de sus prioridades.