Por Ramón Durón Ruiz

«Dentro de veinte años podrás estar decepcionado por las cosas que no hiciste, más que por las que hiciste. Así que suelta las amarras. Navega lejos del puerto. Atrapa los vientos favorables en tus velas. Explora, sueña, Descubre, [… sé feliz]”1
Éste viejo Filósofo te invita a que te deshagas de la adicción de pensar en negativo, HOY rompe las cadenas que te atan al dolor, deja de buscar la felicidad en las cosas materiales o afuera de ti; la felicidad vive en tu interior, depende de tus emociones, actitudes y pensamientos positivos que gobiernan tu existencia.
La sabiduría llega a tu vida, cuando entiendes que naciste para la felicidad y esta se justiprecia en su exacta dimensión, cuando has tenido momentos de tristeza, entonces valoras y quieres la felicidad que con tu pasión, esfuerzo y trabajo consigues.
Cuando estas reconciliado contigo mismo, fluyes con el universo, tienes una visión positiva de la vida, llega el optimismo, que es un imán que atrae a ti la felicidad, gozas el camino que te lleva a tus logros, vas más allá de lo que materialmente tienes y encuentras la armonía de tu trinidad con el universo.
El amor es el centro neurálgico de la felicidad, y si en tu existencia hay amor y felicidad, nunca claudicarás, porque tienes la piedra filosofal que trasforma tu vida en un haz de luz, que te lleva a disminuir tu ego y sentir los éxitos y las alegrías ajenas, como si fuesen propios.
No hay un sólo camino a la felicidad; la felicidad es el camino, puede que HOY en tu bolsa no tengas ni un peso, pero si tienes claros tus sueños, estas destinado a ser feliz, porque entiendes que “tu límite es el cielo”, entonces atas tu alma a una estrella, y aprovechas bien el tiempo para construir tu historia.
“Los niños son inmensamente felices, porque su ego esta disminuido a la mínima expresión, porque sonríen hasta 500 veces al día, viven el presente a plenitud, perdonan con facilidad, viven con amor incondicional, dan con alegría, dicen lo que sienten… son auténticos, son ellos mismos”.
Cuando vibras con la felicidad, se genera una energía positiva que atrae a la gente a ti, muchos quieren convivir contigo, unos enseñándote, otros aprendiendo, porque te niegas a vivir en la derrota y el dolor, entonces llegarás tan lejos como sean tus sueños y tu FE.
Si reconoces que eres tú el que le da cause y causa a tu existencia, eres el responsable de la toma de decisiones que te acercan a la felicidad o te alejan de ella; cuando llegan los problemas, aprendes que nada llega a ti por casualidad, que estos te hacen evolucionar espiritualmente, te dan sentido del logro y aprendes que eres cocreador de tu destino.
La felicidad difícilmente puede ser explicada por la razón, es para ser vivida desde el corazón, para disfrutar la vida.
El ser que es feliz, aprende las lecciones diarias, que le dan una perspectiva clara de hacia donde dirige su existencia, entonces se fortalece tu sentido del logro.
La fortaleza física del ser humano puede vivir días sin comer o beber agua, pero no sin ser feliz, así como indispensable el pan nuestro de cada día, es necesaria la felicidad nuestra de cada día, sin felicidad hay un vacío espiritual en ti.
Cuando elevas tu nivel energético, rompes con la rutina, accesas a la felicidad, disfrutas lo que por mérito propio consigues, entiendes que “donde la razón busca explicaciones, la felicidad encuentra respuestas y soluciones”, dejas de sufrir por los problemas imaginarios que tu mente forma, reencuentras el camino a la natural, contagiosa y sana alegría.
— ¡Vieja! –dice el Filósofo de Güémez a su señora– ¿Cómo puedo hacerle para que seas intensamente feliz en la cama?
— Muy sencillo viejo: primero, ¡no me despiertes! y segundo… ¡NO RONQUES COMO TRAILER BAJANDO LA SIERRA!
1.http://www.centroamericainnova.com/contenido/20-citas-que-daran-alas-a-tu-creatividad.aspx/Mark Twain