El domingo 7 de mayo, faltan cuatro días, tiene lugar la segunda vuelta en la elección Presidencial de Francia. Participan el centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen. Los partidos tradicionales y sus candidatos no fueron votados en la primera vuelta. Hay un evidente cambio de preferencias en el electorado.
Hoy en Francia, la elección ya no se da en los términos de la tradicional disputa entre derecha e izquierda. Ahora la contienda es, como bien lo plantea Marc Bassets, entre europeístas y soberanistas, liberales y proteccionistas, reformistas y populistas.
Macron nunca había participado como candidato y la primera vez que lo hace es por la Presidencia; gana la primera vuelta (24.01 por ciento). Plantea que las categorías izquierda y derecha son obsoletas y que ahora la disputa es entre progresistas y conservadores. En la izquierda y la derecha hay de unos y de otros. El domingo llama “a los patriotas a enfrentar la amenaza de los nacionalistas”.
Le Pen quedó en segundo lugar (21.30%) y es la segunda vez que la ultraderecha llega a disputar la segunda vuelta. La anterior fue en el 2002 con Jean-Marie Le Pen, padre de la actual candidata del partido Frente Nacional (FN). El domingo ella convoca al rechazo de los migrantes y plantearse la posibilidad de salir de la Unión Europea.
La votación de la primera vuelta puso en evidencia la existencia de lo que Jacques Attali llama la Francia del interior, más cerrada y pesimista, y la del exterior, más abierta y optimista. Macron gana en las grandes ciudades y Le Pen en los pueblos, en la Francia periférica como la llama el geógrafo Christophe Guilluy.
Los sectores más educados votaron por Macron y los menos por Le Pen. Los jóvenes, la franja entre 25 y 34 años, votó por Macron y la población de mediana edad y mayor por Le Pen. Los trabajadores manuales con bajos ingresos familiares votaron por Le Pen y los trabajadores calificados y con ingresos familiares medios por Macron.
El próximo domingo se enfrentan dos proyectos: el de Macron que es abierto y con el que se identifican las personas que están contentas con su actual situación y abiertas al mundo, que incluye la migración, y el que representa Le Pen antisistema, nacionalista a ultranza y que convoca a quienes no están de acuerdo con su situación y tampoco quieren abrirse al mundo y rechazan la migración.
En la segunda vuelta de la elección del 2002, todos los partidos se unieron contra el ultraderechista Jean-Marie Le Pen. En esa ocasión Jacques Chirac ganó con 82% de los votos. Ahora se espera algo muy semejante. Todos los que no quieren la llegada al poder de la ultraderecha se van a unir. Las últimas encuestas dan a Macron 62% de los votos y a Le Pen 39 por ciento. Ya veremos.
Twitter: @RubenAguilar