Secundar: nada más fácil. Emprender, nada más difícil
Enrique C. Creel
Hoy como nunca, las reacciones momentáneas y las microcoyunturas, serán el factor esencial que determine hacia donde se inclina la balanza que signe el triunfo electoral en gran parte de los 212 municipios de Veracruz, que cambian de administración municipal este 4 de junio.
El factor tecnológico, la aguda percepción de crisis, sumado a la patética tendencia de desacreditación por parte de los institutos políticos, forjaron una función lineal que arroja como resultado una apatía con respecto a los mismos, por parte de la sociedad.
Más que nunca, el grueso flotante de la ciudadanía terminará por elegir un producto electoral, mismo que se encontrará en función del gusto momentáneo, la seguridad laboral, los intereses económicos y cada vez menos la doctrina o el ideal. Evidentemente el juego político, más que nunca se ha vuelto un esquema de mercado.
Donde lo mediático parece incidir, sin embargo, son pocos los municipios donde se esté cantado el triunfo anticipado, en la mayoría, los candidatos tendrán que desenvolver estrategias propias.
Al respecto, se sumó otro elemento, el periodo de campaña se redujo y los participantes en la contienda aumentaron, fragmentando de esa manera el voto, reduciendo así la potencia arrolladora.
La cartografía electoral, ya no genera mares de tinta que sean coincidentes con respecto a quién ganará, por lo que asevero que habrá muchas sorpresas.
El desgate debido de las campañas convencionales, permite a partidos “Satélites” salir bien librados, alcanzado sus objetivos.
Algo que tiñe las esperanzas, es que del abanico de opciones que nos presenta el sistema para elegir, en la mayoría de los casos pocos individuos han mostrado resultados en la práctica.
Es decir, sabemos que alguien ganará, pero no hay certeza sobre la gestión. En consecuencia, lo que nos toca hacer para encarar estos síntomas de retroceso, es comenzar a reactivar un bloque social, político e ideológico de fuerzas progresistas mediante la coalición del voto diferenciado.
Ya que la pequeñez de miras con la que el actual gobierno ha sustentado el cambio a partir de la alternancia, contrasta con la grandeza de miras que tenían quienes lo secuenciaron en las urnas. En esa premisa se sustenta mi idea, de que habrá sorpresas en las elecciones.
Más, cuando la visión cortoplacista que alimenta su sed de venganza o de añejos anhelos de desarrollo y bienestar no se ha visto alcanzada.
Porque al final de todo, las ideas políticas y las propuestas para hacer frente a los grandes problemas nacionales, no están siendo el corazón de la agenda pública.
Sin embargo, no se nos debe olvidar, que somos un país rico y padecemos hambre crónica. Poseemos todos los climas y cada vez cosechamos menos. Carecemos de caminos acordes al siglo XXI, seguridad pública, y en algunos lugares, garantías a la propiedad; y contrario a todo principio de generación de riqueza, la exuberancia de la vida suele conducir a la muerte.
Por ello, es importante que sepan los futuros ediles, que serán más que individuos que cortan listones y van a comidas inaugurales, deben fungir en sincronía, con lo que Juan Antonio de la Fuente mencionó: “El gobierno en cualquier grado, no es el simple representante de las ideas y la voluntad del pueblo, sean cuales fueren esas ideas y esa voluntad, sino es el representante y mentor del pueblo”.
Un triunfo pasado, no es una constante futura, ni una derrota es perpetua.