A propósito del proceso interno para la selección de ediles que finalizó hace unos días y el arranque de las campañas políticas, recordamos a un hombre de Estado e ideólogo del Revolucionario Institucional, Don Jesús Reyes Heroles, quien durante su discurso de toma de protesta como presidente del CEN del PRI, señaló que la política demanda pasión, pero a la par, mesura, sosiego interno, dominio de sí mismo, para no intentar dominar a otro u a otros.
Y es que, durante la efervescencia electoral en algunos actores políticos la mesura desaparece y el intento por dominar a los demás se convierte en una necesidad personal, además de necedad, al no reconocer que la unidad es un factor fundamental para lograr la victoria, olvidando que la mejor manera de construir un proyecto triunfador es mediante la voluntad de escuchar y la capacidad de resolver.
No se debe malinterpretar a Maquiavelo pensando que en la división se encuentra la victoria, puesto que en una democracia, cada voto cuenta por igual y la clave se encuentra en la suma de voluntades; en el trabajo duro y el caminar incansable, acelerando el paso para dejar atrás la soberbia.
Aquellos que piensan en el personalismo antes que en la unidad, son los mismos que ven en la política la oportunidad para satisfacer intereses individuales, antes que necesidades colectivas, percibiendo esta noble labor como negocio y no como un medio para contribuir al bienestar común.
La unidad interna debe ser la columna vertebral de cada partido político y de todo equipo de campaña, sin miedo a nuevas ideas, aprovechando la experiencia de los adultos y el dinamismo de los jóvenes, para construir entre todos, un proyecto sólido y triunfador, pero sobre todo incluyente y en beneficio de la ciudadanía.
La verdadera batalla está afuera, en las calles, en las colonias, en las localidades y consiste en devolverle credibilidad a la política, dignificándola con propuestas y acciones, combatiendo la desconfianza y la apatía social.
La política debe hacerse de manera congruente, tolerante e incluyente, avanzando con paso firme y con el corazón en la mano; sigamos el ejemplo de Reyes Heroles y hagamos mucha política, mejor política, política en todas partes y a todas horas y hagámosla para que resurja Veracruz.