Buen día apreciado lector:
Metidos en pleno proceso electoral, esta mañana a eso de las diez horas habrá un debate entre los aspirantes a la Presidencia Municipal de Xalapa. El proceso por cierto casi no ve porque el Organismo Público Electoral, que ya no es IFE, sino OPLE afortunadamente exageró el límite de gastos y así ya no hay tanto ruido.
Será interesante que los xalapeños conozcamos más lo que cada candidato programó realizar, cómo lo hará y si ya trae los proyectos avanzados para que sean viables. De esta manera la ciudadanía podrá decidir a quién dar su voto.
No basta que porque es de tal o cual partido. El ciudadano normalmente se fija en la trayectoria, su experiencia, honestidad y la capacidad para desempeñar el cargo. Ahí está la clave para tener un presidente municipal que en coordinación con el gobernador, sea del partido que sea, sienta las bases para que Xalapa, como la envidiada Puebla, alcance pronto la ansiada transformación.
El debate será en la calle de Juárez 69, pero no se moleste en asistir porque no lo dejarán entrar. Si le interesa búsquelo en internet, como por ejemplo la página del OPLE.
A propósito el pasado jueves 11, convocados por el vanguardista periódico en línea Al Calor Político, del siempre talentoso Joaquín Rosas Garcés y bajo la conducción de la periodista Ángeles González, se produjo un primer encuentro entre los aspirantes, que exhibió sobre manera los alcances y capacidades de cada uno. Si no lo ha visto, chéquelo ahí está todavía en el portal.
Hoy sólo será la confirmación, seguramente.
Independientemente de las campañas, la realidad que se palpa todos los días en la calle, es que hay una preocupantísima inconformidad popular debido a la pobreza, la falta de empleo, la inseguridad y la incredulidad que nos azota.
Los políticos están totalmente desgastados, nadie cree en sus promesas; sólo sus allegados y quienes los conocen, les conceden el beneficio de la duda. Como andan las cosas, no se extrañe que en la jornada del próximo cuatro de junio, las urnas luzcan semivacías.
¿QUE DUELE MÁS QUE LA MUERTE?
Por otra parte, hay por ahí, una pequeña muestra de algo que muchísimos electores y sus familias tendremos muy presente al momento de acudir a votar. Los que con el nuevo gobierno perdimos nuestros empleos.
Leí ayer en el periódico La Tercera de Chile:
“La principal diferencia del desempleo con el divorcio y la muerte es que nos adaptamos al divorcio y la muerte, pero no nos adaptamos al desempleo”, resume Patricia Curmi, jefa de comunicaciones de What Works Centre for Wellbeing, en Reino Unido, organización independiente creada por el gobierno británico que junto a la U. de East Anglia (Reino Unido), realizó una investigación para determinar qué circunstancias tienen más impacto en el bienestar de las personas.
La revisión de 99 estudios (de más de 4.000 evaluados para la investigación), concluyó que los empleados despedidos nunca logran el mismo nivel de bienestar una vez que recuperan o encuentran otro trabajo, en lo que comprende a salud mental, autoestima y satisfacción con la vida.
“Nuestro bienestar cae comprensiblemente con el divorcio o la muerte de un compañero o pariente, pero después de un año o unos años, nos adaptamos y nuestro bienestar retorna nuevamente a los niveles anteriores”, explica Curmi a La Tercera.
Pero no pasa lo mismo con el desempleo. “No nos adaptamos a esta ‘nueva’ circunstancia, nuestro bienestar está permanentemente más bajo cuando estamos desempleados. Además, si estamos desempleados durante un largo tiempo, nuestro bienestar nunca retorna a los niveles anteriores, estamos ‘marcados’”, agrega.
La investigación británica entregó otras conclusiones, como que la ayuda de familiares y amigos puede mitigar en parte el impacto y que los extrovertidos se recuperan más rápido, aunque no por completo.
La importancia del empleo
No hay suficientes datos para determinar por qué los despidos afectan tanto, pero los investigadores lo relacionan con la importancia que se le otorga a trabajar, tener un buen empleo y contribuir, para tener sentido en la vida.
Ivianne Morales, psicóloga y analista integral de Recursos Humanos en la consultora Ranstad, concuerda con que el impacto tiene que ver con el significado que se le da al trabajo, mediante el cual la persona se siente útil. “Al perderlo, pierdo un poco de valor personal. Eso hace que sea uno de los procesos más importantes, porque el trabajo se asocia con la utilidad, significo o soy algo para la sociedad y cuando lo pierdo, toca el concepto que tengo de mí”, señala.
De acuerdo a informes previos de What Works Centre for Wellbeing, el desempleo daña a la gente, independiente de su edad, género, educación, etnia o residencia. Estar sin trabajo es, de hecho, uno de los factores más importantes para el bienestar, con efectos negativos que van más allá de la falta de ingresos económicos.
Pero impacta, asegura Morales. “Si el despido es repentino y se sentía a gusto, valorado, el proceso será más fuerte que una persona que ya lo veía venir y no tenía una relación tan satisfactoria”, señala la especialista.
Tenga el lector paz y armonía en su hogar.
gustavocadenamathey@nullhotmail.com