*No lo digo yo, lo escribió un tal Mao Tse Tung: “La crítica debe hacerse a tiempo; no hay que dejarse llevar por la mala costumbre de criticar sólo después de consumados los hechos”. Camelot.
DUARTE EN CAMPAÑA
Uno puede recorrer la geografía veracruzana, encender la radio en el auto y escuchar a Duarte en campaña. No es que esté haciendo alguna promoción, es que los panistas de Veracruz le atacan con un ‘Duarte ya está en la cárcel’, y alguien hasta habla parecido a él. Luego, el presidente del PRI estatal, Renato Alarcón Guevara, que la dirección del ISSSTE dejó para irse a la grilla, también echa su gato a remojar; lo de AMLO hasta el cansancio, los spots de López Obrador ya tienen tiempo que en las ondas de radio se oyen, es el único político que usa a placer los tiempos del estado y de los radiodifusores, sirve a su encomienda de ir directo a la candidatura de 2018. Espío por YouTube la entrevista del gran comunicador de Univisión, Jorge Ramos, al ex presidente Carlos Salinas. Extraordinaria, no tiene desperdicio, un comunicador que aprieta y un ex presidente que tiene una mente brillante, y se sube a cualquier ring. Véanla.
LOS CONCIERTOS
En la radio comencé a escuchar música, en lo que recorría territorio veracruzano, de Xalapa a Cardel. Quitando Las Vegas, donde los conciertos se subliman y aún cuentan que de vez en cuando, entre las mesas de póker, se aparece Elvis Presley vestido con su indumentaria típica de los shows que allí daba; la música es un algo extraordinario, no por algo es infinita. El tenor italiano, Luciano Pavarotti, dijo de ella: “Pienso que una vida dedicada a la música es una vida bellamente empleada, y es a eso a lo que he dedicado la mía”. Tchaikovski: “En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco”. Toco el tema porque esta mañana, en mi oficina céntrica orizabeña, puse a oír música a mis oídos, que no son castos. Y llegué a los temas de los 50’s, empezando con esa gran canción de Frankie Valli y las 4 estaciones: No puedo dejar de verte (C’ant take my eyes off you), inmortal para ese grupo, recordé que alguna vez, en una tarde que cesaba la lluvia, instalado en un hotel de Washington, tomé el elevador y bajé a caminar una de sus calles céntricas, antes de la era de Trump y de la renuncia a patadas por el trasero al director del FBI, vi anunciado en una especie de cine, el musical de los Four Seasons. Entré y les vi, se llamaba Jersey Boys, ignoro si aún lo presentan, pero supe que lo llevarían a Broadway, al Vaticano de los espectáculos de teatro, donde llega lo mejor, aunque no tengan un papa. A los 50 años de esa banda, hay canciones que los inmortalizan, esa rola aún se oye y se pone la piel de gallina.
EL OTRO RECITAL
Como otra vez también, una tarde que no había qué hacer, vi un musical dedicado a Frank Sinatra (1915-1998), en el mismo Broadway neoyorkino, cerca andaba el de Ricky Martín pero no le entré. Sinatra seguirá vigente por toda una eternidad, mientras la música suene, sus New York, New York, y My Way, lo inmortalizan para siempre. El jefe Sinatra recibió multitud de premios y homenajes, como una decena premios Grammy o la Medalla de la Libertad del gobierno de Estados Unidos, y el único amigo mexicano que tenía, era el ex gobernador de las estrellas, y de Televisa, Miguel Alemán Velasco. Caminé por la afamada calle Times Square y entré a un salón tipo cine, con butacas como las de Cinépolis, vi el homenaje musical, me gustó su música, pero parecía un show pinchón de alguna escuela primaria de nuestros pueblos, como la Artículo 123, Andrés Ortiz, de Tierra Blanca, donde estudié primaria. Maletón, pero la música de Sinatra ennoblecía el pensamiento y hacía que uno volara libre, como gaviota, solo de oír sus grandes temas. Eran lunetas generales, ahí no había VIP, todos éramos perrada. No ocurría lo que un día hicieron Los Beatles, cuando se presentaron en el Royal Variety y estaba presente la Reina Madre, John Lennon presentó la canción, y les dijo:
“Me gustaría después de terminar la canción, si les gustó, los de platea, aplaudan, y los que se encuentran en palcos, solo con que muevan sus joyas nos conformamos”.
Aquí todos éramos iguales.
Sinatra vivió su vida a su manera, del Rock tenía desprecio, decía que a esa música no le daba cinco años de vida, textual: “Yo a esa mierda de música llamada Rock and Roll, no le doy ni 5 años de vida”. Esa música, vivió y vive un poco más.
Supe, al leer parte de su vida y su historia, que admiraba a dos cantantes, uno era el gran Tony Bennet, el otro era Michael Jackson, dos ejemplos de la buena música en su canto.
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