Extraordinaria poeta xalapeña del siglo XIX

Nace en 1853 en la ciudad de Xalapa y se convierte en uno de los símbolos imprescindibles del liberalismo y de las letras femeninas de nuestro país en la segunda mitad del siglo XIX, abriéndose paso en un mundo dominado por el sexo opuesto en esa época.

En 1901 Ediciones binacionales y nacionales de poesía femenina en Francia, publica póstumamente dos tomos que contienen las poesías completas de la deslumbrante Josefina. Desde ocho años antes se hablaba de la publicación que estuvo a cargo de Juan de Dios Peza. -El destino no permitió que viera su más importante publicación en vida-. La noticia se expandió por todo el mundo de las letras y el periodismo.

Su llegada a la cúspide fue cuando en una de las grandes tertulias literarias en donde estuvieron presentes poetas de la talla de Guillermo Prieto, Manuel Acuña e Ignacio Manuel Altamirano entre muchos otros destacados acudieron a escuchar un recital de Josefina Pérez que culminó con uno de los poemas más importantes que lleva por título Hidalgo.

La poeta contaba con cuarenta años en ese momento trascendental, cuando se presentó en el Liceo Hidalgo, convocado por el sobresaliente abogado y escritor, Ignacio Ramírez conocido como “El nigromante”. Se dice que Josefina dejó perplejos a los asistentes gracias a su poesía y la manera tan especial de ofrecerla con una voz, ritmo y sentimiento muy especial. Los convocados de inmediato la invitaron a participar en los principales periódicos de la época, y en las tertulias de los intelectuales del momento.

Publica en 1891 sus obras El amor Universal y Rimas. Diez años más tarde como se mencionó con anterioridad aparece su recopilación en dos tomos con el sencillo nombre de Poemas. Su propuesta poética se caracteriza por la forma tan especial de ofrecer los sentimientos maternales, en el aparece uno de sus más destacados llamado Mi hijo Fernando, otros no menos importantes fueron Páginas del corazón, El ateo, Flor de un día sólo por mencionar algunos de ellos.

Fue una mujer que junto con su compañero de vida abrazaron la corriente liberal y la crítica constante a la política de Porfirio Díaz, su esposo Vicente García Torres tuvo que exiliarse ante las amenazas y presión de Don Porfirio. El destacado periodista fue el fundador y director de uno de los periódicos más importantes de la historia de nuestro país en esa época El monitor Republicano, ante la ausencia de su director el rotativo quedó por un periodo a cargo de Josefina Pérez como lo menciona Belem Clark de Lara en su obra La república de las letras. Este periódico fue el segundo en importancia en México, por sus páginas pasaron las plumas de los más destacados intelectuales.

En el año de 1904 de hace un reconocimiento a la poetisa xalapeña Josefina Pérez en el periódico madrileño Unión Iberoamericana. Me uno a la evocación y memoria de esta importante y distinguida veracruzana, una de las grandes mujeres de la segunda mitad del siglo XIX que no ha sido ampliamente valorada por su integridad su posición ideológica, su sentimiento y la aportación en la historia, la literatura y el periodismo en nuestro país.

El año de 1894 fue un año trágico, el primer día de enero sorprende la muerte de su esposo, el altruista periodista don Vicente García Torres, y cinco meses después, el cuatro de mayo a las once de la mañana es acompañada en el último suspiro por un gran número de amigos la notable escritora y poetisa Josefina Pérez.

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