Ver a Manjeet Kaur con su hijita es ver la imagen de la felicidad. La niñita de 15 meses juega en el patio de la granja de la familia, su cabello enrulado atado con una colita. Kaur no se pierde nada y por momentos lagrimea de la emoción.
Gurjeet es la niña que Kaur deseó desesperadamente, pero durante 40 años fue lo que ninguna mujer quiere ser en una comunidad rural de la India: alguien que no podía concebir. Sin embargo, dio a luz a los 58 años, con la ayuda de una clínica de este rincón del norte del país que ofrece tratamientos de fertilidad in vitro para mujeres mayores de 50 años.
Esos tratamientos son moneda corriente en la actualidad, aunque no a edades tan avanzadas. Y adquieren una dimensión especial en la India, donde una mujer a menudo es definida por sus aptitudes como esposa y madre. Si bien no hay cifras confiables sobre cuántas mujeres se someten a estos tratamientos y a qué edad, en la última década abrieron decenas de miles de clínicas para mujeres con problemas para concebir en la India.
Especialistas en tratamientos de fertilidad dicen que los embarazos como el de Kaur son problemáticos por los potenciales riesgos que conllevan y por la posibilidad de que los padres no vivan lo suficiente como para acompañar a sus hijos hasta que se hacen adultos. El Parlamento indio está considerando una ley que prohibiría concebir después de los 50 años.
Pero el doctor Anurag Bishnoi, el principal motor detrás del Centro Nacional de Fertilidad y de Bebés de Probeta de Hisar, no se preocupa. La página digital de su clínica está llena de fotos de pacientes que dieron a luz a edades mucho más avanzadas de lo que permitirían los médicos en general. Al menos dos de sus pacientes dieron a luz a los 70 años.
Para Kaur, el asunto es simple. Bishnoi la incorporó a la sociedad.
No tiene idea de lo que sufrí”, cuenta al hablar de su vida antes de tener una hija.
Kaur se casó con Gurdev Singh cuando ella tenía 18 años y él 20. Siempre pensó que tendría hijos. Pero no llegaron.
Sintió que no valía nada.
Le pregunté a Dios por qué me había abandonado”, relata mientras juega nerviosamente con el pañuelo verde con que se cubre su cabello canoso.
Cada década que pasaba, su sueño se alejaba más. La pareja ensayó tratamientos de fertilidad in vitro dos veces cuando andaban por los 40, pero no funcionaron.
Una mujer sin hijos no es bien vista en la India. La hacen al margen en las funciones sociales, sobre todo en las bodas y en los nacimientos, en los que se celebra la fecundidad.
Como ocurre frecuentemente en el campo, vivían con familiares y Kaur le daba todo su cariño a sus sobrinos. Fue un sobrino el que oyó hablar primero de Bishnoi, médico de una clínica de la vecina ciudad de Hisar que se hizo famoso al ayudar a dar a luz a mujeres de edad avanzada con tratamientos de fertilización in vitro.
El doctor sahib fue con un dios para nosotros”, dice Singh.
A Bishnoi le dicen muchas cosas en la India, incluidas “dios”, “curandero” y “sahib”, o gran señor.
Sus detractores lo acusan de lucrar con las ilusiones de mujeres desesperadas, exponiéndolas a riesgos innecesarios. Cuando ayudó a que dos mujeres de 70 años diesen a luz en abril, el presidente de la asociación nacional de ginecólogos y obstetras Hrishikesh Pai dijo que era un “médico deshonesto” que ignora las normas que siguen la mayoría de los especialistas en fertilidad
Narendra Malhotra, que dirige la Sociedad para la Reproducción Asistida, dice que Bishnoi trata de “hacer de dios”.
No podemos aprobar el que se haga madres de abuelas”, señaló. “Es demasiado arriesgado para la mujer. Sus cuerpos no están diseñados para dar a luz después de los 50”.
Reveló que su asociación le pidió a Bishnoi que dejase de trabajar con mujeres ancianas, pero no fue escuchada.
La mayoría de las organizaciones médicas de todo el mundo recomiendan que no se ofrezcan tratamientos de fertilización in vitro más allá de los 45 o 50 años. Consejo de Medicina Indio fija los 45 como edad máxima. Pero todas estas son recomendaciones, no leyes.
Bishnoi asocia estos tratamientos con las fuerzas armadas y dice que las mujeres son “soldados de la familia”.
Claro que se corren riesgos, pero a los soldados no les importa”.
De tanto en tanto circula la noticia de que una mujer dio a luz a los 50 o los 60 años e otras partes del mundo. Pero son situaciones excepcionales. El doctor Bishnoi, en cambio, promociona los embarazos a edad avanzada.
Dice que antes de aceptar una paciente la somete a rigurosos exámenes médicos y que ninguna de sus pacientes ha muerto.
Las mujeres de edad avanzada constituyen el 20% de su práctica. Bishnoi usa óvulos de donantes anónimos. En sociedades patriarcales como la de la India, lo que importa es que el esperma pertenezca al padre.
Buena parte de los pacientes son gente humilde, dispuesta a gastarse todos sus ahorros con tal de tener un hijo. Un tratamiento in vitro cuesta el equivalente a 1.700 dólares en la clínica de Bishnoi.
Gurdev dice que el dinero es lo de menos. “Lo que cuenta es que nos dio a nuestra pequeña muñeca”.
A la pareja no le preocupa la idea de que estará criando a una hija a una edad en que deberían ser abuelos.
Es la voluntad de Dios”, dijo Singh.
Kaur, por su parte, habla de someterse de nuevo al tratamiento y de darle un hermanito a Gurjeet.