Con una rapidez apenas perceptible prácticamente ya están concluyendo las campañas electorales municipales, terminan con algún efecto en el interés ciudadano y perfilando algunos rostros y colores como opciones para los potenciales electores. Lamentablemente son las propuestas y las ideas las damnificadas de este proceso, como ya se ha vuelto costumbre en un tipo de competencia meramente formal y tradicionalista. No quiero generalizar, aludiendo únicamente a Xalapa, municipio que habito y conozco. No han aparecido las ideas llamativas y esperanzadoras, circulando casi todo en torno a generalidades y, lamentablemente, muchas ocurrencias. De repente parece que no estamos en una elección municipal, cuando se leen y escuchan supuestas soluciones para educación, economía, seguridad y, en un exceso de tipo demagógico, hasta para el futuro de México.
Creo hay una carencia de mayor relevancia y centralidad de los grandes temas municipales, al menos no es lo que destaca en los mensajes más públicos de las candidaturas, sin obviar que algunos han hecho un esfuerzo de elaboración y comunicación de ciertas líneas propositivas. Hay cierta responsabilidad de ese problema en la duración breve de la campaña y en la imposibilidad de transmitir los mensajes en medios masivos de comunicación, como la radio y la televisión, exceptuando a las redes sociales. Es obvio que las candidaturas marginales pueden decir lo que sea, sepan o no de que hablan, hacer planteamientos desproporcionados sabiendo que no tendrán que hacerse cargo de sus consecuencias; mientras que los de mediana presencia si delinean algunas ideas un poco más elaboradas y concretas sobre su proyecto de gobierno.
Por historia, resultados recientes, datos a la mano e imaginario colectivo se pueden considerar a tres candidaturas como las más fuertes ( PAN-PRD, MORENA y PRI-VERDE ) para alcanzar la mayoría electoral; entre ellas, las dos primeras apuntan para ocupar los dos lugares principales según algunas encuestas. En esas condiciones, hay que poner mayor atención en los perfiles y propuestas de sus abanderados; se trata de una dama xalapeña y un investigador universitario, que combinan cualidades y posibilidades para gobernar la capital veracruzana. Ambos podrían ocupar la Presidencia municipal y hacerlo bien a condición de que tengan muy clara la enorme responsabilidad que les aguarda, asuman un rol de coordinación -no presidencialista-, convivan democráticamente con un Cabildo plural, creen mecanismos de transparencia, abran el Ayuntamiento a la ciudadanía y cumplan escrupulosamente con la legalidad. No veo ventaja mayor en poseer títulos académicos, se trata de gobernar un municipio, no de dirigir alguna institución universitaria. En ese sentido, la candidata de la coalición PAN-PRD no desmerece ante el candidato de Morena; al contrario, tiene a su favor ser la única mujer que participa con posibilidades y lograr ser la opción de las mujeres xalapeñas.
Se juega un futuro al menos de cuatro años para Xalapa, colocada ante la disyuntiva de la continuidad u otra alternancia; recuérdese que ya tuvimos una alternancia en 1997; en ese paso viene el reto de mejorar en todos los órdenes, de no pretender que se parte de cero o que se descubre el hilo negro. Se debe tener claro que no estamos ante un debate ideológico, que las candidaturas locales son las que se quedan aquí y asumen los resultados. Las tendencias electorales son el punto de partida para las candidaturas, favorecen o afectan a los aspirantes, pero no deberían hacerles pensar que obtienen el derecho a mezclar agendas locales con nacionales, es un error y un despropósito.
Debo insistir en que del cotejo de las plataformas electorales de todos los partidos se va a concluir que sus coincidencias son enormes; es lógico pues estamos ante un ámbito municipal, con un gobierno que cuenta con un presupuesto y facultades determinadas: servicios, obras y algunas otras. Las diferencias están en los tonos y los estilos. Me adhiero sinceramente a las propuestas locales, al realismo municipal, a la idea de un Cabildo plural y muy representativo, a un gobierno capaz y de ley; no quisiera intercambiar clientelismo tricolor por algún otro color. Xalapa es especial, cuenta con un buen nivel de capital social positivo, tiene brillante historia y tradición cultural; no merece regresión ni partidismo. Estamos muy por encima de coyunturas políticas y debemos ver un futuro luminoso.
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Recadito: Mi voto va para la coalición «Veracruz, el Cambio Sigue» y su candidata Ana Miriam Ferraez.