El presidente brasileño, Michel Temer, afronta la que podría ser la última semana al frente del país, ya que el próximo martes 6 de junio la Justicia electoral puede emitir su sentencia sobre si el mandatario, acorralado por los escándalos de corrupción, usó fondos ilícitos para financiar su campaña de 2014.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil marcó audiencias para el 6, 7 y 8 de junio para avanzar en la acción judicial iniciada en octubre de 2015 que investiga si Temer usó dinero ilícito procedente de la corrupción destapada por la Operación Lava Jato para sufragar gastos de la campaña presidencial conjunta con Dilma Rousseff, de quien fue vicepresidente.
El juicio se encuentra en su fase final y, tras ser aplazado en abril para reunir más pruebas, fue marcada la próxima audiencia para el próximo martes, una fecha clave para definir si Temer logrará mantenerse en el poder o será destituido o forzado a la renuncia.
El sumario está bajo secreto de la Justicia, pero algunas filtraciones señalan que tanto el juez instructor del caso como el fiscal electoral recomendaron la anulación del mandato de Temer y la inhabilitación política de Rousseff por ocho años.
El presidente, que está en la cuerda floja desde que se supo hace dos semanas que está siendo investigado por corrupción, obstrucción a la Justicia y pertenencia a organización criminal, negó repetidamente que vaya a dimitir.
Este martes, en un discurso en Sao Paulo, dijo que su gobierno “hizo mucho en poco tiempo”, y prometió entregar en 2018 un país en pleno crecimiento económico, a pesar de que la recesión y el desempleo de 14 millones de personas son la realidad actual.
Sin embargo, si la mayoría de los siete jueces del TSE votan a favor de la anulación del mandato, Temer perdería la presidencia, y la Cámara Baja elegiría en comicios –todavía por definir si directos o indirectos- un nuevo presidente para dirigir al país hasta las elecciones generales de 2018.
No existe un plazo previsto para emitir un veredicto al respecto, pero algunos expertos señalan que las revelaciones de la semana van contra los intereses del presidente en el TSE.
Otra opción es que el TSE anule el mandato y Temer recurra en el Supremo Tribunal Federal, la máxima instancia del país, para intentar mantener el cargo, aunque en ese caso lo más probable es que los partidos aliados –que llevaron al mandatario al poder con el impeachment a Rousseff- abandonen la coalición.