«Para el presidente Enrique Peña Nieto y su partido, el PRI, todo se centra en el estado de México. Lo que pase en Coahuila, Nayarit y Veracruz es secundario: para mal profundizaría la crisis y para bien no le alcanzaría el golpe brutal si pierden la gubernatura de la tierra natal del primer mandatario. El gobierno y su partido necesitan ganar la gubernatura mexiquense. Si no, podría diluirse aún más el poder presidencial, disminuiría su control interno para elegir al candidato al 2018 y vendría un terremoto en el gabinete». Lo comenta Carlos Loret de Mola en «El Universal» de Ealy Ortiz.