El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció esta tarde que su país deja el Acuerdo de París, una negociación histórica que reunió al mundo en la lucha el cambio climático.
“Estamos cumpliendo una por una las promesas de campaña que les hice a los estadounidenses”, dijo Trump en una conferencia de prensa. “Estados Unidos se retirará del Acuerdo del Cambio Climático de París”.
El mandatario adelantó que comenzarían las negociaciones para la retirada de su país y reiteró que el Acuerdo pone es desventaja a Estados Unidos frente a otros países. “Desde hoy EU dejará las desventajas que impone el Acuerdo sobre nuestro país”, dijo.
Citó también un estudio en el que se documenta que para el 2040 le cortaría al país la baja en la producción de las empresas, mientras que los hogares estadounidense tendrían 7 mil dólares menos.
Bajo el acuerdo, según Trump, China podría aumentar sus emisiones durante 13 años, además de señalar que el acuerdo bloquea la producción. “China puede aumentar su producción de carbón y por qué nosotros no”, cuestionó.
La decisión de Trump, de acuerdo con analistas de todo el mundo, tendrá un grave efecto en todos los países, porque relajará normas y leyes verdes que intentaban controlar la contaminación y preservar el futuro del hombre sobre el planeta Tierra.
Estados Unidos se une, así, al selecto club de dos (Siria y Nicaragua) que rechazaron el acuerdo.
A corto plazo, la reacción de más de 190 países que firmaron el acuerdo puede ser puramente retórica, una que rechaza la decisión de Estados Unidos y se reafirma el Acuerdo sin el segundo emisor de carbono del mundo.
Con o sin la participación estadounidense, las naciones que ya han puesto en marcha planes de reducción de emisiones para alcanzar sus modestos objetivos iniciales.
Pero las decisiones a largo plazo de los miembros del Acuerdo de París pueden ser más terribles para las perspectivas tanto de mantener el Acuerdo como, a su vez, de evitar las peores proyecciones de calentamiento si la abdicación estadounidense. Muchos países se sentirán con la licencia de abandonar la presión de estas normas.
“Lo que es preocupante a largo plazo es lo que sucederá cuando haya una próxima ronda de negociaciones sobre compromisos futuros”, dijo David Konisky, un científico político de la Escuela de Asuntos Públicos y Ambientales de la Universidad de Indiana.
En entrevista con The Washington Post agregó: “La retirada de los Estados Unidos otorga licencia a algunas naciones para frenar esfuerzos más profundos de descarbonización”.
Pero otros indican que ese liderazgo lo asumirá China.
Este mismo día, el Primer ministro de China, Li Keqiang.La lucha contra el cambio climático es un “consenso global” y una “responsabilidad internacional”.
“En los últimos años, China se ha mantenido fiel a su compromiso”, dijo en declaraciones el jueves en Berlín sobre el Acuerdo de París sobre el cambio climático.
Sin mencionar Estados Unidos en concreto, añadió que China ha “promocionado de forma activa el Acuerdo de París y fuimos uno de los primeros países en ratificar el acuerdo de París”.
“La lucha contra el cambio climático es un consenso global, no es un invento de China… y somos conscientes de que esto es un acuerdo de consenso global y de que como una gran nación en desarrollo debemos asumir nuestra responsabilidad internacional”.
Ayer, los aliados de Washington en todo el mundo hicieron sonar las alarmas sobre las probables consecuencias de su decisión. Trump mantuvo a todos en suspenso, al afirmar que aún está escuchando “a mucha gente de ambos bandos”.
Salirse del acuerdo aislaría a Estados Unidos de una gran cantidad de aliados internacionales que pasaron años negociando el tratado de 2015 para combatir el cambio climático y la contaminación al reducir las emisiones de carbono en casi 200 naciones. Mientras viajaba por el extranjero la semana pasada, Trump fue presionado repetidas veces tanto por líderes europeos como por el Vaticano para que mantenga al país en el pacto.
Estados Unidos quedaría alineado solamente con Rusia entre las economías industrializadas del mundo en lo que respecta al combate al cambio climático.
Los líderes de algunas compañías estadounidenses -Apple, Google y Walmart, entre otras- también han exhortado al empresario convertido en Presidente para que permanezca en el acuerdo. E incluso empresas productoras de combustibles fósiles como Exxon Mobil, BP y Shell dicen que Estados Unidos debería continuar en el tratado.
Barack Obama, el predecesor de Trump, introdujo al país al pacto sin la ratificación del Senado. Un retiro formal llevaría años en concretarse, dicen los expertos, una situación que el presidente de la Comisión Europea hizo notar al hablar despectivamente del mandatario estadounidense el miércoles.
Trump no “comprende a fondo” los términos del tratado, aunque los líderes europeos intentaron explicarle el proceso de retiro “en frases claras y sencillas” durante las reuniones que sostuvieron con él la semana pasada, dijo Jean-Claude Juncker en Berlín. “Parece que ese intento fracasó”.
“Esta idea, ‘Soy Trump, soy estadounidense, Estados Unidos es primero y me voy a salir’, eso no va a ocurrir”, agregó.
Michael Brune, director ejecutivo del organismo ambientalista Sierra Club, consideró que la medida que aparentemente Trump tomará es un “error histórico al que nuestros nietos verán en retrospectiva estupefactos y consternados sobre cómo un líder mundial podía estar tan disociado de la realidad y la moralidad”.
FECHAS CLAVE DEL ACUERDO DE PARÍS
Año y medio después de que se adoptara en 2015 el Acuerdo de París, el primero global contra el cambio climático, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido sacar a su país de ese tratado internacional firmado por casi 200 naciones.
Las siguientes son las fechas más destacadas en el Acuerdo de París, que a partir de 2020 sustituirá al Protocolo de Kioto:
– 12 de diciembre de 2015.- Se adopta el Acuerdo de París, en el que participan 195 países y la Unión Europea (UE). El principal objetivo es mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de los dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales, además de desarrollar esfuerzos adicionales que hagan posible que el calentamiento global no supere los 1,5 grados.
– 30 de noviembre de 2015.- El papa Francisco dice que el mundo está “al borde de un suicidio” y pide un acuerdo en París
– 18 de enero de 2016.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, convoca a los líderes políticos de todos los países del mundo para que acudan el 22 de abril de 2016 a la ceremonia de ratificación del Acuerdo de París en la sede de la ONU en Nueva York.
– 20 de enero de 2016.- El año 2015 fue el más cálido para la tierra desde que comenzaron los registros climáticos hace 136 años, según un informa anual difundido por la NASA y la Administración de Océanos y Atmósfera de EEUU.
– 31 de marzo de 2016.- Estados Unidos (EU) y China anuncian su intención de firmar el Acuerdo de París el mismo día de su ratificación, el 22 de abril, el primer día que es posible hacerlo.
– 10 de abril de 2016.- La asamblea de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprueba, en su reunión anual celebrada en Bahamas, aumentar la financiación para el cambio climático hasta un 30% de las aprobaciones para el año 2020 hasta aproximadamente 4.000 millones de dólares al año.
– 22 de abril de 2016.- Ceremonia oficial de la firma del Acuerdo de París en la sede de la ONU en Nueva York (EEUU).
– 22 de junio de 2016.- El Acuerdo de París y la Convención Marco de la ONU sobre cambio climático (UNFCC) son galardonadas con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional.
– 03 de septiembre de 2016.- Estados Unidos y China, los más contaminantes del mundo, ratifican juntos el Acuerdo de París, en la ciudad china de Hangzhou, en presencia del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Ambos países representan cerca del 40 por ciento de emisiones globales.
-05 de octubre de 2016.- La Unión Europea, representante del 12% de las emisiones, deposita los instrumentos de ratificación del Acuerdo de París. Hasta ese momento el Acuerdo lo habían ratificado 61 estados representantes del 47,7% de las emisiones.
– La ONU confirma que el Acuerdo de París entra en vigor el 4 de noviembre de 2016, una vez cumplido el requisito exigido por el Acuerdo (al menos 55 países que ratifiquen, que representen el 55% de emisiones globales).
– 04 de noviembre de 2016.- Entra en vigor el Acuerdo del Clima de París.
– 30 de noviembre de 2016.- En España, las Cortes Generales adoptan, por unanimidad, la ratificación del Acuerdo de París, así como su primera contribución de reducción de emisiones en el marco del mismo, que implica una disminución de gases en los sectores difusos (transporte, agricultura, residuos o edificación) de un 26 por ciento y de un 43 por ciento en el sector industrial, ambas para 2030 y con respecto a niveles de 2005.
– 11 de diciembre de 2016.- El presidente electo de EU, Donald Trump, dice que sigue “estudiando” si retirarse del Acuerdo de París contra el cambio climático, porque teme que seguir sus reglas suponga perder competitividad económica ante países como China.
– 27 de mayo de 2017.- El G7, salvo EU, se compromete, en la cumbre de Taormina (Italia) a “implementar” el Acuerdo del Clima de París.
ECONOMISTAS EN CONTRA DE LA SALIDA
El Presidente Donald Trump ha declarado que abandonar el Acuerdo de París sobre el cambio climático sería una victoria para la economía de Estados Unidos.
Muchos economistas tienen grandes dudas al respecto.
A decir de esos expertos, el acuerdo podría contribuir a la generación de aproximadamente la misma cantidad de puestos de trabajo en el campo de la energía renovable que los que eliminaría en las industrias contaminantes.
Si Washington se sale del pacto y busca proteger empleos de la vieja escuela vinculados a la hulla y el petróleo, el país correría el riesgo de perder la oportunidad de encabezar al mundo en el desarrollo de tecnología amigable con el ambiente y la correspondiente generación de puestos de trabajo.
Lo que es más, a largo plazo, el cambio climático mismo amenaza con imponer enormes costos a la economía del país.
“Retirarse del Acuerdo de París difícilmente creará empleos en Estados Unidos”, declaró Cary Coglianese, profesor de la Universidad de Pensilvania y editor del libro “Does Regulation Kill Jobs?” (¿Las reglamentaciones eliminan empleos?).
“Aun cuando en ocasiones las normativas ambientales específicas pueden causar la pérdida de empleos, también pueden propiciar y propician la creación de nuevos puestos de trabajo, un resultado que equivale más o menos a un empate”, agregó.
El Acuerdo de París ha encontrado un sorprendente apoyo entre las grandes compañías, desde las petroleras Exxon Mobil y Royal Dutch Shell hasta otras empresas gigantes como Walmart y Apple.
“Necesitamos un marco de trabajo como ese para enfrentar el desafío y el peligro del cambio climático”, declaró el miércoles Darren Woods, director general de Exxon Mobil.
De la misma forma, el director general de Shell, Ben Van Beurden, dijo a la red radiofónica NPR a principios de mayo que el discurso de abandonar el Acuerdo de París genera el riesgo de crear “imprevisibilidad”, la cual le dificulta a las empresas la toma de decisiones.
Elon Musk, director general del fabricante de vehículos eléctricos Tesla y de la compañía aeroespacial SpaceX, tuiteó que él podría retirarse de dos consejos de asesores de la Casa Blanca de los que forma parte si Trump concreta su amenaza de abandonar el Acuerdo de París.
En dicho tratado, casi 200 naciones aceptaron en 2015 reducir voluntariamente las emisiones de gases de efecto invernadero en un pacto histórico para combatir el cambio climático.
Según los economistas, dejar el Acuerdo de París y reducir los esfuerzos para controlar las emisiones difícilmente redundará en una gran creación de empleos.
De acuerdo con un estudio de Eli Berman y Linda Boui, publicado en 2001 cuando ambos estaban en la Universidad de Boston, “no se encontró evidencia de que las normativas locales sobre la calidad del aire hubieran reducido sustancialmente los puestos de trabajo” cuando Los Ángeles impuso restricciones ambientales más estrictas.
“Sin duda las normativas acarrean costos, pero no son un impulsor primario del empleo”, dijo Michael Greenstone, economista de la Universidad de Chicago.
“El posible número de empleos que uno puede crear en las industrias relacionadas con los combustibles fósiles es limitado, mientras que el posible número de empleos que se crearían en las tecnologías verdes… en principio, es ilimitado”, dijo Bart van Ark, economista en jefe del Conference Board, un grupo empresarial de investigación.
De hecho, Estados Unidos emplea más personas en el campo de la energía solar (casi 374 mil) que en la hulla (poco más de 160.000), según el Departamento de Energía.
“La percepción de que tenemos que decidir entre crear empleos o enfrentar el cambio climático es una alternativa falsa”, dijo Dean Garfield, presidente del grupo tecnológico ITI.
“Nuestra industria de energía limpia está creciendo y emplea a millones de estadounidenses en trabajos bien remunerados tanto en los estados partidarios de los republicanos como en los que respaldan a los demócratas al tiempo que suministra energía a más de nuestras empresas y comunidades”, agregó.
“Todavía no es demasiado tarde para que el presidente mantenga el curso y trabaje con la industria tecnológica a fin de garantizar que continúe la generación de empleos para los estadounidenses en el campo de la energía limpia y que el liderazgo de Estados Unidos no sea segundo lugar frente a nadie en innovación”, señaló.
Muchas compañías grandes afirman que deben tomar decisiones de inversión de largo plazo basadas en el supuesto de que la mayoría de las naciones endurecerán las normas ambientales. En consonancia, esos países han aumentado la inversión en tecnologías verdes.
“El sector empresarial mantiene su avance de cualquier manera”, declaró van Ark. “Las compañías que están en esto lo hicieron a largo plazo. No sólo por cuatro años, el período de un presidente” en Estados Unidos.
General Electric, por ejemplo, tiene pensado invertir 25 mil millones de dólares en investigación y desarrollo de tecnologías limpias desde este momento hasta el 2020.
“Nosotros creemos que el cambio climático es real y que los datos científicos que lo respaldan tienen acogida en general”, escribió el director general de GE, Jeffrey Immelt, a los empleados en un blog en marzo. “Nuestros clientes, socios y países exigen tecnología que genere energía a la par de reducir las emisiones, mejorar la eficiencia energética y bajar los costos”.
Los economistas también han advertido que el cambio climático podría tener consecuencias devastadoras en la economía global. Las sequías y la escasez de agua podrían debilitar el crecimiento. El aumento del nivel de los mares podría inundar ciudades y tierras agrícolas ubicadas en tierras bajas.
Según un informe de 2015 de Marshall Burke, de la Universidad de Stanford, y Sol Hsiang y Ted Miguel, de la Universidad de California en Berkeley, el cambio climático podría reducir 20% la producción económica mundial para 2100, cinco veces más que las proyecciones previas.
“El cambio climático global es una amenaza para la economía”, dijo Mark Zandi, economista en jefe en Moody’s Analytics. “Todo lo que hagamos que funcione para reducir el calentamiento global es positivo para la economía”. Todo lo que retrase la lucha contra el cambio climático es “negativo para la economía”.