La actriz mexicana Salma Hayek consideró hoy en una entrevista que la decisión del presidente Donald Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París contra el calentamiento global solo puede ser resultado directo de la «maldad» o la «estupidez».
Uno se pregunta si es estupidez, maldad o codicia» lo que ha movido a Trump a retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el clima, dijo tajante Hayek, sin pelos en la lengua a la hora de defender como activista social las causas en las que cree.
Junto al director puertorriqueño Miguel Arteta, Hayek presentó a los medios en Miami su más reciente película, Beatriz At Dinner, una comedia inteligente y ácida donde la mexicana encarna el papel de una sanadora de medicina alternativa, inmigrante, que choca con la soberbia y prepotencia de un magnate del mundo de los bienes raíces.
Durante la breve entrevista, Hayek se mostró cercana, muy comunicativa y rápida para describir el intenso proceso de aprendizaje para interpretar a Beatriz.
Desde estudiar terapias curativas como el reiki o realizar un curso de masajes, hasta aprender a tocar acordes de guitarra, «hubo toda una preparación para entender el personaje» de una mujer que desprende «pureza, capacidad de amar a la gente, los animales, la tierra», precisó la también productora y cineasta.
Beatriz es una mujer directa, amable, pero que «dice lo que siente» en todo momento, sin dejarse sojuzgar por la falsa corrección o las maneras artificiales, añadió Arteta, quien afirmó que desde el principio tuvo claro que Hayek era la actriz destinada a este papel.
«Como Beatriz, Hayek (Coatzcoalcos, México, 1966) tiene un corazón grande que se le ve en los ojos y una inteligencia enorme» ante el sufrimiento de los demás, dijo Arteta.
La actriz mexicana respondió diciendo con sonrisa que también «le amarra el coraje» ante las injusticias y la ceguera humana, al igual que a la protagonista.
Así sucede durante el filme en una conversación informal de sobremesa que mantiene un grupo de millonarios en la casa del anfitrión donde se aloja Beatriz, que culmina cuando la terapeuta dice a los invitados que la «tierra tiene un cáncer» y ellos «creen que están a salvo porque tienen dinero y poder», recordó Hayek.
En un ambiente de confort y lujo (la película fue rodada en una mansión de Malibú, en la costa californiana), Beatriz carga contra ese mundo frívolo y recrimina al adinerado magnate de los negocios inmobiliarios su incapacidad de ver que «con el planeta no se puede negociar».
Detrás de los grandes ojos negros de Hayek salta una chispa de furia al ser preguntada si, entonces, reprueba la decisión de Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París para frenar el calentamiento global.
La pregunta que uno se hace es si Trump es «tan egoísta como para destruir el planeta y a todos para su propio beneficio o de verdad es tan ignorante», fulminó Hayek.
Trump «se esta dando cuenta de que no puede hacer lo que quiere como presidente, así que toma esta decisión porque no tiene que ir a los jueces», comentó por su parte Arteta, quien suma un nuevo filme a su carrera en el que también se encuentra la premiada Chuck & Buck (2000), Cedar Rapids (2011) y Alexander And The Terrible, Horrible, No Good, Very Bad Day.
Beatriz At Dinner, con guión del escritor Mike White, se estrenará el próximo viernes en Los Ángeles y Nueva York y el día 16 en más de una veintena de ciudades del país, como Chicago, Boston, San Francisco, Filadelfia, Miami, Dallas, Houston y Seattle.
El antagonista de Beatriz en la cinta es el cínico e implacable magnate Doug Strutt, interpretado minuciosamente por John Lithgow, cuyo mundo de «ganadores (winners)» chocará en una cena con el de la compasiva y vital terapeuta mexicana.