Una especie endémica de anfibio neotropical conocida como rana de vientre rojo fue encontrada en Costa Rica luego de no ser observada durante tres décadas, un hecho de valor incalculable para la ciencia, afirmaron hoy científicos involucrados en el hallazgo.
La especie endémica, cuyo nombre científico es Craugastor escoces, fue hallada por los biólogos de la Universidad de Costa Rica, Gilbert Alvarado y Randall Jiménez, en el Parque Nacional del Agua, ubicado en la provincia de Alajuela (zona norte), una zona de amplios bosques nubosos.
El hallazgo se produjo el 19 de septiembre del 2016 durante un trabajo de muestreo de anfibios. La rana es una hembra adulta de color café, tiene su vientre de color rojo y mide 6.2 centímetros y permanece bajo protección de los científicos.
Para los expertos, este descubrimiento es de gran valor para la ciencia, ya que se recupera el material genético que conforma a esta especie y permite realizar estudios más a fondo.
“Para la ciencia perder una especie es un golpe durísimo a la biodiversidad porque cada especie responde a muchísimos años de evolución y cada especie tiene una función biológica dentro del ecosistema. Saber que la rana está ahí es recuperar el material genético con un valor incalculable”, declaró Alvarado a Efe.
Esta especie de rana no había sido observada desde 1986 en las bosques de los volcanes Barva y Poás, en el centro del país.
Posteriormente, en el 2004, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) declaró extintos tres anfibios, de los cuales dos han vuelto a aparecer: la rana de vientre rojo y el sapo sordomudo o Holdridge.
El único que queda dentro de esa lista es el sapo dorado, que según los investigadores se le considera la primera víctima del calentamiento global.
“Hay 34 especies de este tipo (Craugastor) desde México hasta Panamá. En Costa Rica hay ocho de ellas y en los años 1990 todas las de altura de 1 mil metros para arriba desaparecieron o no se sabía nada de ellas”, afirmó Alvarado.
El hallazgo se dio a 1.820 metros de altitud en una de las quebradas (riachuelo) que el parque resguarda, por lo cual los investigadores creen que debe existir una población en el lugar.
Según los biólogos, el bosque nuboso del Parque Nacional del Agua es un nuevo puesto de distribución que ha sido poco explorado y que cuenta con una casi actividad turística, lo que pudo haber favorecido la supervivencia de la rana de vientre rojo.
“Cuando empezamos a revisar una de las quebradas de repente nos damos cuenta que subiendo hay unos ojitos en una caverna y vamos por ella, la capturamos con guantes, porque no la podemos tocar. Vivir en cavernitas es muy característico de esa población y por eso mismo también es difícil encontrarla”, afirmó Alvarado.
De momento se sabe poco de la especie ya que necesita ser más estudiada. Los biólogos indicaron que creen que es de reproducción directa, es decir, del huevo sale la rana y no tiene la fase de renacuajo.
Sin embargo, ahora los investigadores se dedicarán a buscar el macho para continuar con los estudios sobre esta especie Craugastor escoces.
Como parte de este descubrimiento la Universidad de Costa Rica trabaja en la creación de un programa de conservación de anfibios mediante un espacio especial para mantener algunas especies, recreando sus condiciones naturales y procurando así su reproducción en condiciones adecuadas de temperatura, humedad y asepsia.
“Este es un compromiso institucional para hacer investigación, ya que es el camino hacia el desarrollo. La biodiversidad es nuestro petróleo y tenemos que ser inteligentes y astutos para mantener este ecosistema con beneficios para el país”, expresó el vicerrector de investigación de la casa de estudios superiores, Fernando García.
Datos oficiales indican que en el país centroamericano existen más de 200 especies de sapos y ranas.
Costa Rica, con 4.7 millones de habitantes, alberga cerca del 4.5 por ciento de la biodiversidad del planeta, siendo uno de los 20 países con la más alta biodiversidad en el mundo.