Mi querido amigo Antonio Remes Ojeda me manda el siguiente comentario: ¨Me piden mis alumnos que te siguen…Si pudieras explicar Hasta donde te sea posible…El extraño caso de votos de más en EdoMex..o la filosofía. …»háganle como quieran»¨
En México no ha habido una elección importante que haya sido limpia. Invariablemente se viola la ley electoral. Ley construida a modo y conveniencia de los partidos grandes, que al elaborarla, establecen la regla y ya tienen en mente la forma de violar la norma que ellos mismos establecen.

Respecto al edomex hemos visto videos en redes sociales que denuncian un fraude, algunos se atreven a detallar errores en el PREP, como si el PREP fuera la instancia definitiva y no sólo una instancia informativa, sin validez legal.

Desde antes de llegar a la elección en edomex se sabía el desenlace. El PAN pondría a una candidata débil, para no quitar muchos votos al PRI, el PRD por el contrario, vio subir mucho a su candidato, para quitarle votos a MORENA. En ambos casos mencionados la mano que decide y financia viene de los Pinos o de quien manda sobre Peña.

En el caso de Morena, vimos una repetición de la elección de 2011. En aquéllas épocas, era necesario que el sucesor de Peña Nieto ganara el estado de México con el fin de facilitar la llegada de Peña a la presidencia de la República. Así, AMLO cumplió con su papel a la perfección, impidiendo la unión del PRD y el PAN en una coalición abanderada por Alejandro Encinas, quien seguramente se hubiera llevado el triunfo, y con ello, tirado la candidatura de Peña Nieto. AMLO impidió a toda costa cualquier tipo de coalición en contra del PRI y logró que ganara Eruviel Ávila.
En esta elección, AMLO repitió personaje, y se encargó de dinamitar cualquier posibilidad de coalición en contra del PRI. Ofendió y despreció a cualquier partido de izquierda para evitar (por el costo ante la opinión pública de una sumisión absoluta) se aliara con Morena. Sólo el PT que tenía el riesgo de perder el registro en edomex, y con ello el negocio que representan las participaciones, en una actitud abyecta y humillante tuvo que rendirse sin condiciones a lo que AMLO consideraba imposible de aceptar por cualquier partido político.

Al final de la campaña, AMLO entendió que seria señalado como el artífice de la victoria de Alfredo del Mazo, y eso no conviene a los planes que hay ya establecidos para el 2018. Tenía que recuperar una credibilidad que todavía no perdía, pero que podía reducir su base de simpatizantes, y es sabido que es mejor tener a AMLO controlándolos que permitir que cada uno piense y actúe por su cuenta. Así, aprovechando la desmemoria de sus seguidores, comenzó a invitar a los partidos de izquierda a unirse a Delfina, pero siempre exigiendo una rendición incondicional, y no lo que sería algo normal que es una negociación política, no sólo de ideales, sino incluso de reparto de puestos y cotos de poder.

Mientras tanto, el PRD continuaba subiendo, con un candidato que resultó una sorpresa, y gracias a ello, y a los acuerdos previos incluso a la selección de candidatos, ya no tuvo posibilidad de sumarse a AMLO, pues no había necesidad, incluso hubiera sido mal visto por los pocos simpatizantes que le quedan en edomex.

El día de la elección, AMLO repitió otro guión que ya le conocemos, el no tener representantes en todas las casillas, con lo cual permite la operación política (compra de representantes, relleno de urnas, y falsificación de actas) para que gane quien estaba destinado a ganar, que es Alfredo del Mazo.

Lo más interesante, es que para consumo de sus huestes, exigirá voto por voto, conteo de todos los votos, etc., y además alegará fraude electoral, y mantendrá a sus hordas unidas e indignadas… Incluso cabe la posibilidad de una protesta electoral, causando tanto daño como causan los naranjazos a una foto, hasta que sus huestes se cansen de la protesta, y se diluya el malestar por el supuesto triunfo robado. Digo supuesto triunfo robado, porque en realidad es un triunfo pactado por todas las fuerzas políticas.

Se pacta porque el edomex con su enorme tamaño y presupuesto, siempre ha sido refugio de priístas distinguidos cuando les va mal en las elecciones federales. Hoy todos sabemos que es muy difícil que el PRI continúe gobernando México el próximo sexenio, así que tendrán su presupuesto millonario, su coto de poder, y la posibilidad de reconstruir al PRI para una elección posterior. Aunque siempre cabe la posibilidad de que en sus análisis consideren que pueden dividir de manera adecuada el voto en todo el país, de tal forma que con un candidato fuerte del PRD, uno no tan fuerte en PAN, y AMLO cometiendo errores (a propósito) en su campaña, el PRI pueda repetir en los pinos… A fin de cuentas, el edomex fue un experimento en este sentido.

Todas las elecciones son elecciones de estado. Federación, gobernadores y alcaldes, desvían fondos para apoyar a sus favoritos. Sin excepción, se violan topes de campaña y se cometen delitos electorales, el problema es poder demostrarlo a ojos de los ciudadanos, y también a ojos de los tribunales. Lo mismo sucede donde gobierna PAN, Morena, o el PRD o MC o cualquier otro partido político. Así es la lucha electoral en México.

En resumen, la posición de ¨háganle como quieran¨ se debe a la prepotencia de saber que todo ya está acordado con todas las fuerzas políticas, los tribunales electorales sometidos y los consejos electorales comprados. Así que hagan lo que quieran, que el triunfo es del PRI en el estado de México ya es un hecho. –De común acuerdo-.

Es una opinión muy personal, y dirigida a ustedes alumnos de mi querido amigo Antonio Remes Ojeda.

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