Hace más de 30 años tuve el privilegio de conocer y trabar amistad con un hombre de lealtades hacia la amistad y hacia las instituciones.
Esto no es fácil…muchos son leales a la amistad… No a la instituciones.
Otros, alardean con la lealtad a las instituciones, dejando de lado las amistades.
Cuán difícil es mantener ese equilibrio de saber ser leal con las instituciones sin dejar de serlo con los amigos que generan la oportunidad de trabajar y de crecer.
Pero es aún más difícil ser leal con los amigos cuando está en riesgo la lealtad a las instituciones.
Manolo, es un hombre de trabajo, que sabe ganarse la confianza porque sabe generar confianza.
Lo conocí allá por el 85/86, aunque ya tenía relación a distancia y telefónico con él, fue en Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) en donde el trato fue personal, cotidiano, de aprendizaje.
Tratarlo personalmente, trabajar juntos en los objetivo del amigo común que nos dio confianza y trabajo, fue otra cosa… Su mesura, discreción y mirada al futuro, siempre estaban presentes en las tareas a desempeñar.
Su voz calmada, su trato afable que generaba confianza, se traducía a consejos para aplicarse en el trabajo y en la vida diaria.
La convivencia con Manolo, a la hora de la comida, en la que participábamos, casi siempre, Jorge Jiménez Lovillo, Pedro Yunes Choperena, Fidel Romero Pérez (QEPD) y quien escribe esta nota, eran cordiales, imperaba el buen humor y nunca estaba ausente la directriz a seguir en el trabajo para cumplirle al Jefe, al Subdirector de Aeropuertos, a Miguel Yunes, como siempre le dijimos.
Se trataba de comer, distraerse y acordar… Esa fórmula siempre le ha dado resultado a Manolo en la conformación del círculo cercano al Jefe, de esa manera, se ganaba el afecto y confianza de la “flota” trabajadora y lograba sacar adelante las tareas encomendadas por el superior… Nunca lo vi flaquera en su lealtad a las instituciones, ni tampoco en su lealtad para con el amigo y jefe.
Esa es la clave… Saber responder a dos flancos/ frentes, que pueden ser opuestos pero que si son bien manejados, pueden y deben de ser compatibles.
Hace muchos años que no veo y saludo personalmente a Manolo y, hoy me enteré de que está delicado de salud, por lo que desde este modesto espacio, le envío un saludo afectuoso y solidario, acompañado de lo que sé hacer por fe: Una oración por su salud.
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