El fútbol mexicano tiene rato que me es sin embargo. No me quita el sueño, ni me preocupa ni me ocupa. Ganen o pierdan el Cruz Azul, América, Guadalajara o los Pumas de la UNAM me tiene sin cuidado. En cuanto a la selección mexicana –me niego a adjudicarle el adjetivo de nacional, el combinado no representa a la nación-, la última vez que vi un partido de la selección con verdadera expectación, con pasión y nerviosismo digamos, fue aquel memorable sábado 11 de agosto cuando en la final por el oro olímpico, se jugó ante Brasil, la poderosa ‘canarinha’ plagada de jugadorazos: Neymar, Hulk, Marcelo, Leandro Damiao y Oskar.
Aquella vez sí, confieso que me faltaron uñas. Todos en la casa estábamos pegados a la pantalla del televisor, hasta uno de mis hijos que es antifútbol y antideportes, ahí estaba, emocionado como todos en casa y como seguramente estaban la mayoría de mexicanos dentro y fuera del país. El cotejo se decidió gracias a dos goles de Orib(i)e Peralta, el primero a los 28 segundos de juego gracias a un balón ‘robado’ por Javier Aquino, el mismo Orible acertó el segundo tanto a centro de Marquito Fabián, el fino ‘media punta’ puso el balón como con la mano en la cabeza del ariete de los pelos de punta, jugada de pizarrón a balón parado.
Pero de ahí en fuera si he visto 45 minutos corridos de juego reglamentario de algún juego es mucho decir. A ratos vi el juego contra la selección chilena en aquella infausta Copa América, cuando los sudamericanos destrozaron el esquema de rotaciones de Osorio con aquel histórico, humillante e inolvidable 7 a 0, y pudieron haber sido cuando menos dos tantos más a favor de los de Chile, no más porque se les acabó el tiempo reglamentario, pero aquella noche soñamos a Vidal y a Alexis Sánchez, que se ensañaron de veras con los endebles tricolores. Cómo me hicieron recordar a los ratoncitos verdes de otras épocas.
Y ahora en la Copa Confederaciones, que es algo así como la antesala del Mundial del año que entra en Rusia, el equipo del colombiano Osorio que, a pesar de él y del mal fútbol que ha desplegado, se encuentra ya en semifinales del mini torneo gracias a un empate con los campeones de Europa, Portugal, con todo y el ‘divino’ Cristiano Ronaldo, y a dos ajustadas victorias ante los combinados de Nueva Zelandia y Rusia, la selección anfitriona. Ahora vamos en contra de nuestro coco histórico, Alemania, que trae una selección a la que se le puede considerar como la del relevo generacional, digamos que un tanto sin la experiencia de los grandes, pero estos teutones la sed de triunfo la traen en el ADN, vamos a ver cómo le va a la selección contra el equipo germano.
Y cuando hablo de Alemania enfrentando a los nuestros, no sé por qué, pero como que me pongo un tanto triste y malhumorado, y la boca se me pone amarga. Y es que no es fácil olvidar aquel horripilante 6-0 del Mundial del 78 en Argentina. ¡Humillante, para olvidar, y eso que México traía un equipazo comandado por Hugo Sánchez! Luego vino el heroico 0-0 en cuartos del Mundial del 86 celebrado en México, pero se nos atravesaron los malditos penales y ahí los teutones se ensañaron con un 4-1 final. Aquí hay que mencionar que le invalidaron un gol legítimo al ‘Abuelo’ Cruz. El tercer partido oficial fue en Francia 98, el destino los volvió a enfrentar en partido de octavos. México se adelantó con golazo de Luis Hernández, que se abrió paso entre tres defensas para anotar. Después el mismo ‘Matador’ tuvo la gloria a sus pies y falló estando solo ante el cancerbero alemán que no tuvo problemas para detener el tirititito que salió del pie derecho del de Poza Rica.
Al final pasó lo que siempre pasa, México jugó como nunca pero no le alcanzó y los germanos terminaron definiendo el encuentro de Jurgen Klinsmann y Oliver Bierhoff. Ahora nuevamente se volverán a enfrentar ambos seleccionados y el equipo de Osorio tendrá la oportunidad de demostrar de qué está hecho. A ver si ahora sí le funciona su esquema de rotaciones. Los nuestros tienen todo para demostrar su jerarquía y la experiencia de una plantilla que íntegramente juega en el extranjero. Se antoja que para este partido Osorio juegue con los dos Dos Santos, con Carlos Vela y Marco Fabián que conoce muy bien a sus rivales.
Vamos a ver, no me hago ilusiones, en verdad me da lo mismo si ganan o pierden los nuestros. Sin embargo estoy convencido de que este equipo puede dar más. Finalmente, no creo que los federativos le vayan a tolerar otra humillante derrota al colombiano, podría ser su último partido con la selección, nada más por eso lo voy a ver.
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@marcogonzalezga