Al cumplirse tres meses de protestas por la grave crisis política y socioeconómica a la que se enfrenta Venezuela, la oposición decidió acortar el plazo al convocar desde la Asamblea Nacional una consulta el 16 de julio, en el que se preguntará a los participantes si aprueban o rechazan la Constituyente.
La oposición anunció que el 16 de julio realizará una consulta al pueblo para definir nuevas protestas contra la Asamblea Constituyente, convocada por el presidente Nicolás Maduro para reformar la Carta Magna.
El líder de la Asamblea Nacional, Julio Borges, como portavoz de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), leyó un manifiesto sobre las acciones que mantendrán para rechazar la Constituyente, luego de tres meses de protestas que han dejado 86 muertos, en paralelo con la consulta.
Sin explicar el proceso de la consulta, Borges citó el artículo 71 de la Constitución, que indica que las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a referéndo consultivo por el presidente, por acuerdo de la Asamblea Nacional a pedido de al menos 10 por ciento del padrón electoral.
Para ser reconocidas legalmente, las consultas tienen que ser llevadas adelante por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
En medio de un conflicto entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, de mayoría opositora, Maduro convocó a una Constituyente, cuyos 545 miembros serán elegidos el 30 de julio, mientras que la oposición reclama elecciones.
“Convocamos a todo el pueblo venezolano sobre cuál es la vía que debe seguir para superar esta encrucijada histórica, por lo que este 16 de julio vamos a elegir el futuro del país para este proceso nacional de decisión soberana”, explicó Borges.
“Queremos que el pueblo decida si rechaza o desconoce la Constituyente”, agregó el líder opositor, quien indicó que tras la consulta se decidirá si se activa un “levantamiento democrático en todo el territorio nacional, y activar la hora cero para reconquistar la Constitución y la democracia”.
El líder de la Asamblea Nacional dijo que el miedo que tiene el gobierno a un proceso electoral “verdadero”, lo ha llevado a “clamar por una supuesta Constituyente”, que definió como una amenaza para la Constitución vigente.
Indicó que se consultará también a la población sobre el papel de los funcionarios públicos y la Fuerza Armada, y si convoca y respalda la “renovación de los poderes públicos que se encuentran al margen de la Constitución”.
El líder opositor Henrique Capriles dijo que la consulta al pueblo será un “juicio popular” a la Constituyente.
En la elección constituyente serán escogidos 364 escaños territoriales y 181 sectoriales dentro de grupos impulsados por el gobierno, como estudiantes y trabajadores.
En un acto en el centro de Caracas, Maduro se reunió con candidatos a la Constituyente, a los que pidió prepararse para la campaña electoral que comenzará el 9 de julio. Señaló que la Constituyente permitirá acabar con la violencia de las protestas y devolverle la paz al país.
Las protestas contra el gobierno comenzaron el 4 de abril, luego que la mayoría opositora de la Asamblea Nacional (Congreso) acusó al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de haber dado un golpe de Estado al despojarla de sus atribuciones legales con dos sentencias.
La oposición y sectores del chavismo critican que se promueva la Constituyente sin un referendo previo para su convocatoria, y las condiciones para una compleja votación sectorial y territorial con la que acusan al gobierno de querer controlar el resultado.
Por ello, rechazan la elección del 30 de julio por considerarla un “fraude” con el que Maduro busca perpetuarse en el poder.
El presidente asegura que la Constituyente pretende no sólo redactar una nueva Constitución, sino también reformar la estructura del Estado.