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Excélsior

En la antigua Unión Soviética, Mijaíl Kaláshnikov diseñó un rifle que podía usarse en cualquier clima: frío, caliente o húmedo; además era fácil de usar y disparaba gran una ráfaga de balas: así, en 1947 nació el rifle más letal del mundo: el AK-47.

De acuerdo con su inventor, los nazis fueron quienes tuvieron la culpa de que esta arma fuese pensada y elaborada debido a sus avanzadas invasiones, ya que él, en realidad, quería diseñar una máquina para el campo.

Ahora, este rifle que tiene una cadencia de disparo de 600 balas por minuto, es uno de los más utilizados por los ejércitos de más de 50 países del mundo, incluso por distintas guerrillas, grupos terroristas y cárteles.

En Rusia, por ejemplo, no sólo su ejército la utiliza, desde 1949, en el campo de batalla también a manera de adiestramiento; en Estados Unidos, las fuerzas especiales la usan para entrenamientos y operativos.

La preferencia por esta arma, de la que se estima que se han hecho más de 150 millones de unidades, se debe su diseño, resistencia, el número de guerras que ha combatido, la fácil recarga de cartuchos y por lo fácil de accionarla tanto a bajas temperaturas como a altas.

Esto ha provocado que, por ejemplo, haya grupos y personas que adquieren un rifle AK-47 en el mercado negro, en el que una pieza puede llegar a costar más de 2 mil 800 dólares.

En el caso de México, de acuerdo con un estudio de Forbes, éste se consigue de manera ilegal en la frontera con Estados Unidos, y puede tener un precio de más de mil 200 dólares.

Así, aunque Kaláshnikov, su creador, quien fue condecorado en 2010 como Héroe de la Federación Rusa, murió el pasado 23 de diciembre de 2013, el arma preferida por muchos es un perfecto legado que ha cobrado la muerte de millones de personas.