Un grupo de hackers y activistas políticos mexicanos desarrollan una aplicación móvil que permite reunir firmas de manera digital para empoderar al ciudadano y, especialmente, promover la postulación de candidatos independientes de cara a las elecciones de 2018.
La app permite la recolección de firmas en tres niveles: impulsar candidatos independientes, presentar consultas populares a nivel federal y proponer iniciativas ciudadanas.
«CambialapolíticaYa» y «Codeando México» son las dos organizaciones ciudadanas que están detrás de esta herramienta digital.
Sus impulsores, los activistas Viridana Hernández y Gonzalo Ibarra, hablaron con Efe sobre la app, que será lanzada en septiembre.
El modelo de representación política ya lo vemos obsoleto», argumenta Ibarra, que ve en él una honda brecha en la que penetrar mediante el lenguaje digital.
El Instituto Nacional Electoral (INE), que por el momento ha comunicado a los jóvenes la intención de conocer su aplicación, carece de herramientas para la contabilización digital.
Ahí es donde sus promotores ven su oportunidad, conscientes de la poca eficacia de la recolección de firmas en papel.
La realidad es que tienen una estructura con bastantes carencias en ese aspecto», asevera Hernández, quien piensa que su infraestructura les ahorraría muchos costos.
Los ciudadanos podrán así tener «mucho más peso en las decisiones» y acceder a «diferentes formas de participación de poder», explica Ibarra.
Lejos de querer dinamitar un sistema, la app pretende estimular la competencia, que hará mejor a los partidos tradicionales. «Los candidatos independientes vienen a refrescar de muchas formas el ambiente político», sostiene.
Lo digital no se entiende sin una función política, social y revolucionaria, que sea capaz de «reformar el sistema democrático y hacerlo más competitivo», añade el joven.
Iniciativas como estas no florecen de la nada, «la falta de acceso a la participación de la gente, la corrupción imperante en todos los niveles del Gobierno mexicano y el abuso de los derechos humanos» son responsables de esta reacción ciudadana.
Los activistas consideran que la tecnología digital es idónea, ya que la recolección analógica de firmas ha presentado más sensibilidad a la corrupción.
La arquitectura de la aplicación es de código libre y sin ningún tipo de fin lucrativo, algo coherente con la transparencia que se respira en las reuniones de sus creadores.
Los activistas se reúnen todas las semanas y abren mesas de debate, plurales, abiertas tanto a hackers como a intelectuales interesados en la causa.
Hernández, quien modera las discursos, considera imprescindible que los datos de los firmantes estén protegidos, solo accesibles para los promotores, mientras Ibarra recuerda que «esto es algo que viene de la ciudadanía».
Nosotros somos como ellos, justamente utilizamos los recursos que tenemos a la mano para construir algo, algo que nos va a servir a todos», añade.
Las comparaciones con el sitio web que reúne firmas a nivel mundial Change.org son inevitables. Hernández fundamenta las diferencias de su propuesta en la promoción de iniciativas reales, que se rozan con las instituciones de manera directa.
Además, aquí no todo vale, la organización tiene criterios que impiden la recolección de firmas de temas que vulneren los derechos humanos o cuestiones de seguridad nacional.
Con la aplicación, aún sin nombre, surgen las dudas de si será una herramienta de cambio real o simplemente una manera más de alzar el puño en señal de resistencia.
La joven lo tiene claro: «Somos una herramienta de cambio», afirma convencida de que provocará sismos políticos.
De momento, hasta el lanzamiento, seguirán las jornadas de participación abierta y los jóvenes continuarán gestando un cambio que, por ahora, como mínimo ya es digital.