Serio como siempre es él, escribe en el Notiver de Salces: «Hace unos días hubo un accidente en carretera, y una mujer se bajó del coche queriendo saber qué pasó. Como estaba arremolinada la multitud no podía ver nada. Entonces comenzó a gritar «¡Permiso! ¡permiso! Soy familiar, por favor déjenme pasar». Las personas se hicieron a un lado. La mujer se acercó y entonces descubrió que era un burro muerto que había sido atropellado».