Caray, y eso que me considero un villamelón a pesar de que he visto mucho Tenis –insisto en ponerle mayúscula, es que no es un zapato deportivo- desde que tenía unos 10 años. Sin exagerar. Y en todo ese lapso, he tenido la suerte de ver a los mejores tenistas de la historia del deporte blanco. Es cierto también que el Tenis pasó de ser un deporte semi amateur al profesionalismo total en los 70 y 80, y ya a partir de los 90 vino la época de las grandes bolsas.
Como quiera, muchos conocedores sitúan al australiano Rod Laver como el mejor de aquella primera época pre profesionalismo y, sin duda, el mejor de la segunda época a la ‘maquinaria suiza’, Roger Federer, pero sin duda, de lejos ya dejó atrás a otro grande como lo fue el norteamericano Pete Sampras, y con mucho, ¡pero con mucho!, a tipos de la talla de Bjön Borg, Jimmy Connors, Ivan Lendl, Boris Becker, John McEnroe, Andre Agassi y el argentino Guillermo Vilas. Todos ellos grandes jugadores, fuera de serie, pero el suizo, el suizo se cuece aparte.
¿Cuáles considero, a mi modesto entender por supuesto, que son las claves del juego de Federer? Se lo voy a decir fácil: juega sin despeinarse, con elegancia, naturalidad, técnica depurada, elasticidad, domina la cancha, pero sobre todo una gran mentalidad, como de titanio, que le permite hacer que lo difícil parezca fácil, las pelotas que parecen inalcanzable increíblemente él las alcanza. Sus golpes son naturales, hasta parece que no llevan gran fuerza, pero qué elegancia, técnica pulida hasta la excelencia y colocación, y no renuncia a la filigrana, también le sabe: hace fantasías como boleas increíbles metiendo la raqueta por la espalda, boteprontos por entre las piernas, alcanza dejaditas imposibles y todavía le alcanza para cruzar la bola y dejar a su oponente sin la menor posibilidad de contrarremate.
Mire usted vi a Connors, que sí que se despeinaba y sudaba cuando jugaba echándole toda la carne al asador, y dije este es el mejor, sin duda. Luego vi a McEnroe y dije este no tiene par. Luego vi a Borg y pensé este el ‘témpano de hielo perfecto’ porque cuidado que era frío para jugar. Después vi al gigantón del casi albino Boris Becker y su potencia invencible y dije: hasta aquí llegó la historia del Tenis, pero luego vino alguien que parecía imbatible cuando jugaba, con un saque potentísimo y un juego de mucha clase, y ese era Sampras, y entonces dije: después de este nadie, pero entonces hizo su aparición el helvético, con ese juego como de maquinaria de Rolex Presidente.
El mejor de la historia, ahí le van algunos números: mayor número de semanas como número 1: 302; títulos de Grand Slam: 19; títulos en total: 93 y un récord impresionante de 1111 ganados contra solamente 247 derrotas, y 8 Wimbledon, 5 de ellos ganados consecutivamente, ¡un dominador sin discusión! Mire, en la baraja actual hay tres más que se cuecen por separado aparte de Federer: Novan Djokovic, Andy Murray y Rafael Nadal, los tres grandes tenistas, sin duda, pero por encima de ellos está el suizo.
Este hombre a sus 35 años todavía podría estar un año más jugando a excelente nivel, lo que le permitiría romper todos los récords históricos que aún le faltan por romper, pero lo que más destaco en él es su enorme categoría como persona y tenista desde luego, su calidad humana, su humildad porque hasta para ser el mejor de la historia hay que ser humilde, y esa satisfacción que proyecta en sus rivales que cuando son vencidos por el suizo parecen estar satisfechos, y es que no ha de ser poca cosa el ser vencido por el mejor, ¡y en Wimbledon!, así se veía el croata Marin Cilic, que hasta contento se veía después de perder el pasado domingo.
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@marcogonzalezga