Un cachalote aparentemente fue a dar a un terraplén detrás de la Catedral de Notre Dame en París. O tal vez no. Un colectivo de artistas belgas instaló el viernes una escultura de tamaño real de una ballena en el río Siena, sorprendiendo y preocupando a turistas y parisinos.
Bart Van Peel, integrante del colectivo, dijo que la instalación busca crear consciencia sobre el medio ambiente y despertar «al niño que todos llevamos dentro y que sigue preguntándose qué es verdadero y qué es falso».
Kim Landman, de Nueva York, fue uno de los sorprendidos, especialmente después de que Van Peel contó cómo se atoró la obra debajo de un puente de la ciudad.
Uno de los escépticos fue el parisino Charles Jean, quien preguntó si es que el cetáceo había subido al embarcadero con una escalera.