*De Matute, primo de Kamalucas: “Escribir para mí no es una profesión, ni siquiera una vocación. Es una manera de estar en el mundo”. Camelot.

UNA MAÑANA CUALQUIERA

Es una mañana que es como cualquier mañana, cuando el huamachito florece y croamos como ranas, porque en esta zona veracruzana, llueve y llueve y no deja de llover, como los peces en el rio, que beben y beben y vuelven a beber. Es mañana para olvidar al seleccionador Osorio y a los malosos de Tláhuac, que los noticieros nocturnos nos atarantan con tanta maldad en nuestra tierra. Vamos, ni siquiera para hablar de los inútiles de Capufe, que sobrevive su secretario, es una pena que el presidente lo tenga que esconder, como lo que es, un tonto que debe pagar su irresponsabilidad, sucede que en la reunión ayer de la SCT en Gobernación, donde vino el gobernador de Morelos, el secretario estaba ausente. Le tienen prohibido de Los Pinos salir a cuadro y le tienen prohibido sacar la cabeza a declarar alguna de las barrabasadas que soltó en pleno duelo de las familias de los caídos en el socavón, si lo esconden, mejor mándenlo a casa y cómprenle una suscripción de Netflix, para que vea hartas películas. Hazlo por la patria, presidente, Netflix es barato.

LAS LAPIDAS

Juan Rulfo visitaba los panteones en busca de nombres raros para sus personajes. De allí no nació Pedro Paramo, pero seguro encontró mucho material. La lápida más famosa, cuentan los que saben de panteones, es la de Groucho Marx. Le mandó escribir en ella: “Disculpen que no me levante”. Ha servido hasta de título de una afamada columnista española, que la dio a su trabajo. Otros dicen que no es cierto, que no existió eso, que fue una leyenda urbana. La tumba de Marilyn Monroe (1926-1962) es una de las más visitadas y conocidas en el Westwood Memorial Cemetery de Los Ángeles, California. Tumba celebre. La pobre Marilyn no ha de poder descansar en paz. Hace un tiempo, tres años para ser exactos, una mujer viuda subastó el espacio de un nicho donde dormía eternamente su marido, justo encima de Marilyn Monroe. No faltó un calenturiento que pujara por el espacio, para trepársele aunque fuera en el frio mármol de cemento. La subasta se inició en 500 mil dólares. Que Marilyn los vale.

EPITAFIOS

La de Elvis Presley, fija en Memphis, es muy visitada, el rey del rock, aseguran algunos que anda vivo y coleando por allí. Un hermano de Al Capone, Salvatore Capone, fijó en su lápida un: ‘Piedad, Señor. Jesús mío, misericordia’. Algo traería en manos.

Los Epitafios de los famosos, valen la pena ser leídos.

*“Al morir échenme a los lobos. Ya estoy acostumbrado”. Diógenes. Filósofo Griego.

*De Unamuno: “Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo”.

“Es mi voluntad que mi cuerpo sea enterrado en mi amado pueblo de Monte Grande del Valle de Elqui”. Gabriela Mistral – Poetisa.

*“Aquí yace alguien cuyo nombre se escribió en el agua”. John Keats – Poeta

*“Espero que Cristo cumpla su palabra”. Miguel Delibes. Escritor y Novelista.

*Winston Churchill: “Estoy dispuesto a encontrarme con mi Creador. Si mi Creador está preparado para la gran prueba de reunirse conmigo, es otra cuestión”.

BORGES Y CALVINO

Ocurrió en Sevilla, en la primavera de 1984. Italo Calvino y su mujer, Chichita, se hallaban en la ciudad; también estaba allí Jorge Luis Borges. Un día Borges recibe en su hotel a un grupo de amigos, entre ellos el matrimonio Calvino. Mientras Chichita, que es argentina, conversa con Borges, que lleva muchos años ciego, Calvino se mantiene aparte, sin pronunciar palabra, hasta que Chichita se siente en la obligación de advertir: “Borges, Italo también está aquí…”. Apoyado en el bastón, Borges levanta la barbilla y dice con suavidad: “Lo he reconocido por el silencio”.

EL DESAFORTUNADO BRINDIS DEL ALCALDE.

En 1932, el entonces alcalde de Nueva York, James John Walker pronunció un brindis irrepetible al cumplirse el segundo centenario del nacimiento de George Washington:

-En memoria del hombre que supo ser el primero en la guerra, el primero en la paz y el primero en el corazón de sus conciudadanos…

Pero, animado por el vino, continuó:

-Lo que no comprendo es cómo, gustándole tanto ser el primero en todo, se casó con una viuda.

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