Con ‘Dunkerque’ (‘Dunkirk’, 2017), su director Christopher Nolan no hace más que confirmarse como uno de mis máximos héroes cinematográficos detrás de cámaras de la actualidad. ‘Dunkerque’ es una cinta británico-estadounidense del género de guerra realizada este mismo año. La escribió el propio, coprodujo y, por supuesto, también dirigió y entre sus protagonistas se encuentran Kenneth Branagh, Tom Hardy (‘Mad Max, furia en la carretera’, 2015), Fionn Whitehead, Jack Lowden y Harry Styles, entre otros nóveles actores.
La película está dotada de una espectacularidad y una grandiosidad que, para empezar, son indescriptibles, hasta pareciera que está uno viendo un documental en una pantalla IMAX, desde ya le auguro a su dirección de fotografía el Oscar a la mejor fotografía. El otro gran protagonista de la película es el ruido, pero no un ruido cualquiera, sino el ruido que provoca la guerra, ese ruido terrorífico, ensordecedor, estremecedor, escalofriante, que da miedo. Por supuesto que sé que la ficción jamás va a superar a la realidad, pero Nolan sí logra transmitir el miedo y la angustia que provoca el ruido de la guerra, indescriptible y nada envidiable para quienes han vivido en carne propia ese horror, ese horror que, por otra parte, también logra transmitir otra gran película como lo es ‘Buscando al soldado Ryan’ (1998) de Steven Spielberg.
Ese ambiente que se respira en la película a través del ruido es el otro gran protagonista central del film. Me recuerda a películas como ‘Carros de fuego’ (1981) de Hugh Hudson y a ‘1492’ (1992) de Ridley Scott, ambas musicalizadas por Vangelis, o a la misma ‘Birdman’ (2014) de Alejandro G. Iñárritu, en donde la música también es protagonista, pero a diferencia de las de Vangelis, en donde la musicalización crea un ambiente propicio para contextualizar al film, ‘Dunkerque’ al igual que en ‘Birdman’, la música es como el hilo conductor de la película que lo va a uno llevando de la mano de la narrativa y de las escenas centrales.
En ‘Birdman’ por ejemplo, la batería de Antonio Sánchez es fundamental para ir llevando el ritmo de la cinta, y en ‘Dunkerque’ ese ruido latente te sirve como medio de transporte para situarte en las frías playas y aguas del Mar del Norte en el Atlántico norte. ‘Dunkerque’ se basa en un episodio real de la Segunda Guerra Mundial y describe con puntual pulcritud los esfuerzos que realizaron tropas inglesas mayoritariamente, alrededor de 400 mil efectivos, para lograr evacuar un terreno ‘minado’ y al punto del sitio por tropas alemanas que trataban de detener el regreso de esas fuerzas contrincantes a las islas británicas. La distancia que separa a la playa de Dunkerque con la ciudad portuaria inglesa de Dover es de apenas 40 kilómetros, por lo que en 1940 el gobierno británico encabezado por Winston Churchill ordenó que cientos de barcos civiles acudieran al rescate de las fuerzas británicas que se encontraban varadas en ese puerto francés.
Es un episodio heroico de la Segunda Guerra Mundial, controvertido también porque hay quienes lo considerar una especie de capitulación, es decir, una derrota, otros historiadores lo ven como un milagro militar para Inglaterra, y otros lo ven como algo inspirador en donde civiles acudieron con todos los riesgos posible en auxilio de sus compatriotas, una historia de supervivencia, una historia de humanismo y nada más. Nolan, a quien hemos venido siguiendo puntualmente a través de ‘Batman’ (2005-2012), ‘El origen’ (2010) e ‘Interestelar’ (2014), confirma con ‘Dunkerque’ que sus largometrajes son eventos imperdibles.
La recomiendo ampliamente, es una cinta que hay que ver y que es una cita obligada sobre todo para aquellos que, como el que esto escribe, fuimos aficionados al estudio de algunos de las más importantes batallas tanto en mar, tierra y aire de la Segunda Guerra Mundial, que fuimos además, allá a finales de los 70, compradores consuetudinarios de cuanto fascículo coleccionable fue editado para recordar esta conflagración mundial.
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@marcogonzalezga