Por Ramón Durón Ruíz (+)
Hay un correo que me encanta, lo parafraseo para compartirlo con usted: “¿Te has puesto a observar la actitud de los pájaros ante las adversidades? Están días y días haciendo su nido, recogiendo materiales a veces traídos desde largas distancias. Y cuando ya está terminado y están prontos para poner los huevos, las inclemencias del tiempo o la obra del ser humano o de algún animal lo destruye y tira por suelo, lo que con tanto esfuerzo se logró.
¿Qué hace el pájaro? ¿Se paraliza, abandona la tarea? De ninguna manera. Vuelve a recomenzar, una y otra vez, hasta que en el nido aparecen los primeros huevos. A veces –muchas veces– antes de que nazcan los pichones, algún animal, un ser humano, una tormenta, vuelve a destruir el nido, pero esta vez con su precioso contenido. Duele recomenzar desde cero. Pero aun así el pájaro jamás enmudece, ni retrocede, sigue cantando y construyendo, construyendo y cantando.
¿Has querido decir basta, no vale la pena el esfuerzo, esto es demasiado para mí? ¿Estás cansado de recomenzar, del desgaste de la lucha diaria, de la confianza traicionada, de las metas no alcanzadas cuando estabas a punto de lograrlo?
Así te golpee la vida, una vez más no te entregues nunca, di una oración, pon tu esperanza al frente y sigue siempre adelante. No te preocupes si en la batalla sufres alguna herida, es de esperar que algo así suceda. Junta los pedazos de tu esperanza, ármala de nuevo y vuelve a arremeter. No importa lo que pase… no desmayes, sigue adelante.
La vida es un desafío constante pero vale la pena aceptarlo. Y sobre todo… nunca dejes de cantar.”1
La enseñanza es profunda, a pesar de la fuerza de la tormenta, del inacabable dolor… ¡no desistas!, sigue cantando, que el centro de la música es el amor, ve siempre adelante, la luz del nuevo amanecer, es un milagro de vida que te recuerda, que si se desvanece en la tarde, en la mañana amanece con todo su poder, acuérdate que hay un mundo espectacular, –especialmente para ti–, a la vuelta de la esquina.
No claudiques; “los aviones se levantan contra el vuelo, no a favor de él”; no dejes de luchar, tampoco destruyas tu vida blasfemando contra nada, ni contra nadie; alégrate con la lucha de el de enfrente, con la felicidad ajena, se cómo el viento que por donde pasa… deja su frescura y aliento vital.
HOY es del día más importante de todo el universo, disfruta tu viaje por la vida, –que sólo es de ida–; que ningún dolor te corte las alas; que ninguna adversidad debilite tu espíritu; que ningún problema tome el control en el vuelo de tu vida, detrás del éxito de una madre soltera, detrás de la perseverancia de una persona con capacidades diferentes, detrás del ejemplo de los grandes hombres, hay una vida de lucha, esfuerzo y sacrificio.
Te lo pido por favor, ¡no te rindas!, recuerda que aunque estás hecho con un molde diferente, estás formado con el mismo barro, por las mismas manos Divinas… ¡y a su imagen y semejanza!
No te angusties por el ¿qué será?, tampoco por el ¿se puede?, ni por el mañana; nadie está a cargo de construir tu grandeza, tampoco te excluyas de la fiesta de la vida, no te anticipes al dolor, que tampoco te invalida la desesperanza, siempre vale la pena seguir luchando por tus sueños, date permiso de vivir sabia y serenamente el santo presente.
“Lo que siembras cosechas, eso funciona en el campo… ¡y en todos los aspectos de tu vida!” HOY toca a toda la gente con la luz de la esperanza, se capaz de reconquistar tu vida, “haz el bien… y hazlo bien.” Que no se te aplique el epitafio del perverso: “Hizo muy mal el bien… y muy bien el mal”
No vivas con la pesada carga que da la necesidad de aprobación, es una clara manifestación del miedo, renuncia al ego. En el kybalión se dice: “Como es adentro, es afuera; como es arriba… es abajo” tu mundo exterior, es una proyección de tu fuerza interior, redescubre el gigante que vive en tu interior, no claudiques, sigue siempre adelante, ponte de pie, mira hacia arriba, persevera, canta con pasión, invierte tiempo para gozar la música y acariciar la sana alegría del niño que hay en ti… el universo te recompensará con creces.
A propósito de sana alegría el viejo Filósofo hace suya la sabiduría del humor del mexicano que dice:
“En mi casa hay DOS reglas básicas: Regla UNO, Mi vieja siempre tiene la razón. Regla DOS, Cuando se equivoca… ¡LEER LA REGLA 1!”