El dramaturgo y actor Sam Shepard falleció el pasado jueves a los 73 años de edad por complicaciones derivadas de la esclerosis lateral amiotrófica, la enfermedad neuronal que sufría, informó hoy un portavoz de su familia.
Según indicó el New York Times, Shepard murió en su residencia de Kentucky, Estados Unidos, tras una larga carrera en la que destacó como uno de los escritores de obras de teatro más prominentes del movimiento “Off Broadway”, producciones teatrales en Nueva York de menor envergadura.
Shepard fue el autor de la obra Buried Child, que recibió el Premio Pulitzer en 1979, y fue nominado a un Óscar como mejor actor secundario por su papel en el largometraje The Right Stuff.
Como una de las figuras destacadas de “Off Broadway”, Shepard estaba considerado como una de las voces más originales de su generación, especialmente por su retrato del lado más oscuro de la familia estadounidense y los problemas de identidad de matrimonios, hermanos o amantes.
Shepard fue nominado además a otros dos premios Pulitzer por True West y Fool for Love, dos obras cuyo éxito las llevó a producirse más tarde en Broadway, y fue coautor del guión del alabado filme Paris, Texas.
El dramaturgo también destacó por sus dotes de intérprete, no sólo por su trabajo en el cine, por el que fue nominado a mejor actor secundario por The Right Stuff, sino por sus representaciones en “Off Broadway”.
Además, destacó con su actuación en Bloodline, de Netflix, su trabajo más reciente.
Shepard no tardó en recibir buenas críticas después de iniciar su carrera como dramaturgo, y ya en 1965 recibió un premio Obie por Chicago y Icaru’s Mother, y por Red Cross y La Turista en 1966.