*De Eduardo Galeano: “El mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar”. Camelot.

DANTE EN SU WAR ROOM

Como me lo contaron se los cuento. Total, bien lo dijo el Nobel Saramago: “Somos cuentos de cuento contando cuentos, nada”. Y así vamos por el mundo, contando cuentos. Sucede que Dante Alfonso Delgado Rannauro (23 diciembre de 1950, Alvarado, Veracruz), gobernador del cuatrienio (1988-1992), por la Gracia de Fernando Gutiérrez Barrios, quien, al ser llamado a ser la mano dura de la secretaria de Gobernación, en tiempos de Salinas, necesario en esa silla para apresar al poderoso y corrupto líder petrolero, Joaquín Hernández Galicia (La Quina), se sentó a gobernar y no lo hizo mal. Hay gente que lo considera el mejor gobernador que ha tenido Veracruz. Porque en cuatro años sembró de modernidad la zona de Boca del Río, y le ganó espacio al mar para un bulevar, Dante ha convocado a un desayuno el día martes en su casa jalapeña. Citó a expresidentes municipales de diversos partidos, del PAN no creo, en su residencia de Xalapa, en Las Ánimas de Manolo Fernández, ese lugar paradisiaco que tiene un lago y es bello y apacible y hasta una capilla donde, seguro, Dante al final de esa comida los llevará a rezar un Padre Nuestro, para alcanzar la dicha del triunfo. Dante, aseguran, ya sacó el visto bueno del amoroso venezolano, perdón, tabajqueño, Andrés Manuel López Obrador; le dijo el grandote asentado cordobés: ‘Conmigo todo, sin mi nada’. Le sopesó en la mesa los números y le insistía ser él, como cuando Manuel Camacho Solís en Los Pinos, ante el poderoso presidente, Carlos Salinas, que ya tenía la vista puesta en Luis Donaldo Colosio, y el recelo al amigo, recordando quizá aquel proverbio indio: “Acuérdate siempre de olvidar a los amigos que te han fallado, pero nunca te olvides de recordar a los que permanecieron a tu lado”. Salinas no lo escuchó. A Dante si, le dieron el visto bueno y comienza a conformar su alianza rumbo a la gubernatura de Veracruz, de 2018. De allí esa reunión-comida.

LA ALIANZA RUMBO A VERACRUZ

Construye un Frente Veracruzano llamado Frente Unido Morena, morenita mía, con el Movimiento Ciudadano y lo que queda del PT, más los disidentes que no quieren a este gobierno y los rupturistas. Cuando le hizo al Ampudia que todos llevamos dentro, y él mismo investigó como Roy Campos de Consulta Mitofsky, al parecer los números no le alcanzaban al tal Cuitláhuac, porque AMLO va a necesitar ese millón de votos veracruzanos para alzarse con la presidencia, a la que solo Margarita Zavala, según encuestas de Reforma, le puede quitar. Su chamaco consentido, Cuitláhuac García Jiménez, candidato perdedor a la gubernatura que ganó Miguel Ángel Yunes, les dio un buen susto, alcanzó 809 mil 954 votos, representó el 26.4 de la elección total, cantidad alta porque, acusó el otro candidato, Héctor Yunes, El Cuitla salía de Casa Veracruz loco de contento con su cargamento para la campaña. Dicen que cuando se vio con Andrés Manuel, Dante le propuso un trueque, Movimiento Ciudadano iría con él, a cambio de que Enrique Alfaro fuera de candidato por Jalisco. Bueno, eso dicen. Dante se la juega por Morena y su Alianza. Ya perdió dos veces en las pasadas elecciones, una a la gubernatura y una al Senado, pero desde que una mañana fundó aquel Convergencia por la Democracia, es el único exgobernador y político de Veracruz, que se hizo de un partido, con sus millones de pesos anuales, que eso tiene su gracia, no cualquiera forma un partido nacional, aunque luego te pegues a las valencianas de los otros partidos grandes, para no perder el registro, frase que Dante gusta usar, esa de las valencianas. Esta vez será aquella de ‘la tercera es la vencida’. Ha sido de todo: Gobernador interino, senador, diputado, subsecretario y secretario de Gobierno, delegado de la SEV, la mano de Zedillo en el conflicto de Chiapas, allí riñe con él y de ahí su encarcelamiento, Embajador de México en Italia, sitio que solía hacer unas comelitonas extraordinarias, con el chef cordobés Toño Herrera, que viajaba hasta ese país a oler el mar del Mediterráneo, con las memelas y los taquitos muy mexicanos. En esos 15 de septiembre inolvidables, donde Dante se lucía para gritar, en italiano: Viva México. Historia contada.

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