Esta mañana, el senador Héctor Yunes Landa asistió como invitado especial a la LXXIX Convocación de la Iglesia de la Luz del Mundo. Ahí, ante poco más de medio millón de feligreses que se reúnen cada año, aseguró que en un Estado laico, “la libertad religiosa y de pensamiento no debe ser una excusa para dividirnos.”
Dijo que la religión debe estar encaminada a formar a mejores personas, a construir sociedades que se respeten entre sus miembros, y que promueven la equidad que sirva a que desaparezcan la desigualdad y la pobreza. “Es necesario que exista la tolerancia y se respete la libertad de expresión y de religión como los derechos humanos que son”.
La religión no debe ser nunca una amenaza para nuestras libertades, por el contrario, debe ser el espacio adecuado para ejercer nuestro derecho al libre pensamiento, insistió.
Reconoció a la Iglesia de la Luz del Mundo –y en especial a su apóstol Naasón Joaquín García- como una organización social con una gran capacidad de convocatoria, bajo una doctrina que se ha convertido en un referente en todo el mundo. Recordó que esta Iglesia se extiende por más de 54 países, lo que la convierte en la única organización religiosa surgida en México con presencia en todos los continentes del planeta.
Este año, la Santa Convocación que se celebra en la Hermosa Provincia cuenta con la presencia de federaciones de 54 países y de las 32 entidades federativas del país, entre las que destaca Veracruz con la mayor delegación de la República.
Acompañado del gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval Díaz y del presidente municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, Yunes Landa explicó que México vive una etapa diferente, en la que el Estado no es más un adversario de la Iglesia. “Por el contrario, representa la responsabilidad de tutelar esta libertad religiosa que nos permite, como lo hacemos, ejercer nuestras creencias».
“Quienes están aquí, no sólo comparten su fe, sino también la esperanza de construir una sociedad mejor, que respete la vida, que tenga solidaridad con su prójimo y que recupere valores como la verdad y el respeto. Como ustedes, nosotros también rechazamos la violencia, la inseguridad y la corrupción”, concluyó.
Al concluir la ceremonia el senador veracruzano fue uno de los trece invitados del Apóstol Naasón a su mesa en la que participó en una comida privada y además fue uno de los cuatro oradores ante más de medio millón de asistentes, entre ellos muchos veracruzanos.