En Veracruz he tenido la oportunidad de desempeñar relevantes responsabilidades de la administración pública. Eso me ha permitido recorrer el estado infinidad de veces; conozco todos los municipios veracruzanos y una gran mayoría de las comunidades que los integran.
El carácter y el espíritu de los veracruzanos ante la adversidad no dejan de sorprenderme. Dicho en el sentido más positivo, los veracruzanos estamos acostumbrados a ver a la tragedia de frente, a convivir con ella de manera cotidiana; hemos aprendido a enfrentarla y a superarla. No hay un capítulo en la historia que haya logrado doblegar nuestra voluntad y nuestra esperanza.
La madrugada del jueves, el huracán «Franklin» impactó las costas centrales de Veracruz, justo entre los municipios de Vega de Alatorre y Alto Lucero. Como parte de las operaciones del Sistema Nacional de Protección Civil, la Secretaría de Gobernación autorizó la declaratoria de emergencia en 71 municipios de la región costera que abarca de Papantla a La Antigua, entre ellos, San Rafael y Nautla.
Como todos los veracruzanos, estuve atento al desarrollo de este fenómeno natural y los efectos que tendría en la población, tanto en sus bienes materiales como en sus actividades productivas. Los informes emitidos por las autoridades federales, establecen que «Franklin» provocó lluvias que rebasaron por mucho la capacidad de las cuencas de los ríos en Tecolutla, Misantla y Nautla.
De acuerdo a la evaluación de daños preliminar, la zona de San Rafael y Costa Esmeralda fue la más golpeada por el huracán. Hasta este fin de semana, algunas colonias y comunidades aún no tenían servicios de energía eléctrica ni de agua potable. En la región de Actopan, también se registraron cuantiosos daños a la agricultura.
Por esta razón, decidí suspender mi participación en la XXII Asamblea Nacional de mi Partido, el PRI, y acudir a los municipios de San Rafael y Vega de Alatorre para sumarme, como lo he hecho en las ocasiones anteriores, al trabajo de evaluación de daños, y hacer las gestiones necesarias para que las personas vuelvan a sus actividades productivas lo antes posible.
Haber presidido la Comisión de Protección Civil en el Senado de la República, me hizo más sensible a estos casos y aprendí servir de mejor manera a los afectados, gestionando ante las instancias competentes los apoyos requeridos para hacer frente a las afectaciones por dichos fenómenos meteorológicos.
Si bien hay perdidas que lamentar y atender, me parece que lo más destacable es que no hubo pérdida de vidas humanas, gracias a la responsabilidad preventiva de los habitantes de la región y a las autoridades de los tres niveles. Sin embargo, debemos poner todos nuestros esfuerzos en recuperar las viviendas de las personas, la infraestructura para que puedan comunicarse y apoyar a los productores que perdieron sus cosechas y a sus animales. La tarea apenas comienza.
Pero vuelvo a mi comentario inicial. La fuerza y la voluntad de los veracruzanos es un verdadero ejemplo a seguir. Junto con muchos productores de plátano y maíz, recorrí sus cultivos. Tras la tormenta, el clima era estupendo pero el panorama desolador; todos los sembradíos habían sido arrasados, perdiendo las cosechas y toda la inversión y el trabajo que eso significa.
Debo decir que no escuché lamentaciones, no encontré caras tristes o de desesperanza, sino la voluntad de coordinar esfuerzos para recuperar lo perdido. Los habitantes de las zonas afectadas no están esperando que el gobierno les resuelva todos sus problemas, sino que se han puesto a trabajar, como lo hacen siempre que suceden estos fenómenos. Lo que sí piden y con justa razón, es que las autoridades cumplamos con nuestra responsabilidad. Nada más, pero nada menos.
Lo que sigue es trabajar. En los próximos días, atendiendo las propuestas hechas por los propios pobladores y productores de esta región, atentos a la aplicación del seguro catastrófico que prevé entre otras instancias, la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) para estos casos; y en la búsqueda de los apoyos para los productores ganaderos afectados y la reparación de las carreteras afectadas por el huracán.
Respecto a las casas que resultaron afectadas y a quienes se quedaron temporalmente sin techo, ya solicitamos el apoyo del gobierno federal, mismo que fue autorizado de inmediato. Asimismo, quiero agradecer el apoyo, solidaridad y la responsabilidad social del delegado federal de la SAGARPA, Octavio Legarreta, quien me acompañó a recorrer la zona afectada y anunciar el apoyo de 2,500 pesos por hectárea con pérdida total de Platano y de 1,500 por hectárea de maíz.
Una vez más, la tragedia ha servido para hacer de Veracruz un ejemplo de trabajo y esperanza.
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