El folclórico ex-boxeador Rubén Olivares, cuando tuvo un restaurante en el Estado de México, decía que el platillo de la casa era «Pollo a la Púas»: en un recipiente hondo ponías un pollo ya pelado, le agregabas un poco de whisky, un poco de ron, un poco de brandy y un poco de tequila. Luego hacías a un lado el pollo y te tomabas la combinación de licores. Y listo, ese era el mejor alimento. Ahora, como no le ha ido muy bien económicamente les dijo a los de «TV Notas» que anda vendiendo todas sus propiedades, Y tambièn va a vender a algún medio toda la informaciòn de su futuro fallecimiento. En principio va a pedir 2 millones de pesos por la nota exclusiva, 50% por adelantado para que él lo disfrute, y el otro 50% para sus familiares.