El violoncello,
necesario para
viajar en el tiempo.
Entre notas musicales y melodiosos coros nace la figura de quien a la postre sería un hombre dedicado a la música culta, orgullo xalapeño. Me refiero a Rubén Montiel Viveros quien el día 7 de octubre de 1892 vino al mundo en otoño, cuando las flores en noches templadas miran discretas la luna entre el canto de los grillos y la intermitente luz de las luciérnagas.
Emanado de una familia de larga tradición en nuestro Estado. Su abuelo fue el General Francisco Montiel, héroe de la intervención francesa que defendió la Villa de Tlacolula en 1864, resultando herido en el poblado de San Juan Miahuatlán, falleciendo al siguiente día. El pueblo en agradecimiento le puso a uno de sus principales referencias geográficas “El cerro de Montiel”.
Su madre fue la distinguida señora Doña María Teresa Viveros de Montiel y su progenitor el señor Don Rafael Montiel Arana un destacado músico, quien fuera organista de la Catedral de Xalapa como lo refiere el destacado investigador y maestro Enrique Salmerón en su artículo “Vida y obra del maestro Rubén Montiel Viveros”. Abundando en la información, menciona que a invitación del gobernador del Estado Juan de la Luz Enríquez y el gran maestro Enrique Conrado Rébsamen Egloff, es invitado en el año de 1886 para impartir clases de música y conjuntos corales en la apenas surgida Escuela Normal Veracruzana.
En el ámbito de la música destacan también sus hermanos Rafael quien contó con una habilidad innata para el piano ganando una beca por Bellas Artes a París, que no pudo concretar debido a que enfermó y falleció de tifoidea en la embarcación que lo llevaba a tierras galas, contaba con apenas 15 años de vida. Su hermana María Teresa fue una sobresaliente pianista y Francisco un virtuoso del violoncello, fundador de la Orquesta Sinfónica de Xalapa y de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana como lo menciona en su artículo Raymundo León Martínez en “Rubén Montiel Viveros, insigne violoncellista xalapeño”. Sus otros dos hermanos María dolores y Ángel se dedicaron a otras actividades.
La infancia de Rubén Montiel paso entre los acordes al violoncello, el teclado del piano y el canto bajo la supervisión y enseñanza de su padre, tal fue el grado de aprendizaje en su niñez que a los once años ya tocaba el órgano en varias iglesias de la capital de nuestro estado. Pasado el tiempo ingresa el Conservatorio Nacional de Música en la Ciudad de México, absorbiendo gustoso los conocimientos ofrecidos por sus maestros, entre los que se encontraban Manuel M. Ponce y Julián Carrillo, especializándose en su pasión que era el viloncello, al finalizar su instrucción paso a ser maestro de dicho instrumento en el conservatorio a la edad de 17 años. Tres años más tarde ganó un concurso que lo llevo a París en 1913. En el conservatorio de la ciudad parisina aprendió de reconocidos maestros coincidiendo con otro virtuoso el maestro Carlos Chávez.
Al desatarse la primera guerra mundial se refugia en España y Portugal en donde se integra a tocar en diversas orquestas gracias a sus excelente manejo y conocimientos adquiridos lo que también le permite impartir clases.
Regresa a Xalapa 11 años después siendo recibido por una gran multitud que lo vitoreó por las calles del centro de la ciudad esto en 1924. A los pocos días de su llegada ofrece un concierto a la ciudadanía en agradecimiento al reconocimiento de su retorno. Continúa una serie de presentaciones por las principales ciudades de la república y en Suramérica. El desprendimiento de su retina le hace regresar a París al no encontrar mejoría en sus tratamientos en México. En París se presento con rotundo éxito en los más destacados foros. Regresa a Xalapa en 1930 para estar cerca de su progenitor que se encuentra muy delicado de salud, aprovecha su estancia pera dar varios conciertos.
Compartió amistad con los principales intelectuales de la época, regresó a Francia en 1937, le tocó el inicio de la Segunda Guerra Mundial en donde al igual que otras embajadas, la de México fue tomada por los nazis, pasando un periodo de angustia y adversidades, tiempo que ocupó el maestro Montiel para escribir algunas piezas, finalmente en 1944 pudo regresar a su patria. En su ejercicio diplomático se desempeñó como cónsul de nuestro país y embajador musical en varios países. También compuso innumerables canciones populares. Nuestro reconocimiento a tan insigne músico xalapeño quien falleció el 5 de abril de 1985.
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