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AFP

La multimillona­ria francesa Liliane Betten­court, heredera de la empresa L’Oréal, falleció en París a los 94 años.

Liliane Bettencourt mu­rió en su domicilio. Hubiera cumplido 95 años el 21 de octubre. Mi madre se fue en paz”, escribió su hija, Françoi­se Bettencourt Meyers, en un comunicado.

Aunque en sus últimos años fue una persona privada, man­tuvo cercanos vínculos con tres presidentes franceses durante su vida y nunca estuvo alejada de las páginas de sociales.

Bettencourt era la mayor accionista de la empresa de cosméticos, su fortuna se cal­cula en 41 mil 900 millones de dólares, cifra que la posiciona­ba como la mujer más rica del mundo.

En este doloroso momen­to para nosotros me gustaría reiterar, en nombre de nuestra familia, nuestro entero com­promiso y lealtad con L’Oréal y renuevo mi confianza con su presidente, Jean-Paul Agon”, dijo Bettencourt Meyers.

Su primer empleo, a los 15 años, fue de aprendiz en una fábrica de L’Oréal, mezclando cosméticos y etiquetando fras­cos de champú.

Hija del fundador de L’Oréal, Eugène Schueller, de quien siempre fue muy cercana, se casó en 1950 a los 28 años con André Bettencourt, un ministro gubernamental en las décadas de 1960 y 1970 bajo el presi­dente Charles de Gaulle.

Liliane heredó el imperio L’Oréal al morir su padre en 1957, pero al frente de la com­pañía quedó Francois Dalle, otro amigo de Mitterrand, quien transformó el negocio en la compañía. Fue después del fallecimiento de su esposo en 2007 cuando la vida de la heredera pasó a las primeras planas.

Se involucró en una dispu­ta pública con su única hija, Françoise Bettencourt-Meyers, cuando ésta acudió a los tribu­nales para acusar al fotógra­fo François-Marie Banier de aprovecharse de la fragilidad de su madre.

El escándalo se amplió e incluyó a destacados políticos en 2008. El expresidente Nico­las Sarkozy fue incluido en una investigación sobre si apro­vechó la fragilidad mental de Bettencourt para financiar su campaña electoral de 2007.

En octubre del 2011, una corte dijo que Bettencourt su­fría de demencia y otorgó a su hija el control sobre la riqueza de la heredera, estimados en 17 mil millones de euros y que incluye el 33% de L’Oréal. Su nieto Jean-Victor Meyers fue designado para cuidar de su salud y bienestar físico.