Desde el 7 de septiembre a la fecha, el país se encuentra inmerso en una ola de acontecimientos desastrosos que han llenado de luto a más de 300 familias de los estados de Oaxaca, Chiapas, Morelos, Puebla, CDMX y Tabasco, el 19 de septiembre, es particularmente emblemático para los cuerpos de auxilio, de emergencia y de Protección Civil, pues se inscribe, tal como lo es el 9-11 para la ciudad de Nueva York, en los anales de la historia contemporánea de México, como una fecha a conmemorar, ya que nos recuerda el sismo más destructivo que ha azotado a la CDMX, en ese entonces, D.F., con más de 20 mil víctimas fatales.
Con esta fecha y con este amargo acontecimiento nace en México la Cultura de la Protección Civil, y con ella, los mecanismos de prevención y protección de los ciudadanos en casos de desastres, a través del Sistema Nacional de Protección Civil, dependiente de la Secretaría de Gobernación, así como el FONDEN, Fondo Nacional de Desastres Naturales, que tiene como finalidad la reconstrucción, y reparación de los daños ocasionados por siniestros de toda índole como son: Huracanes, Ciclones, Sismos, deslaves de cerros, erupciones volcánicas, etc.
Así, las instituciones nacionales y los estados de la unión suman sus esfuerzos y se especializan en prevención, rescate de vidas humanas, instalación y operación de albergues, suministro de víveres, ropa, utensilios y comida caliente a los damnificados, destacando en ello la participación de nuestras fuerzas armadas, a través del Plan DNIII y del Plan Marina.
En cuanto a la sociedad, esta fecha es significativa por el nacimiento de Grupos de Rescate que se han convertido en verdaderas instituciones nacionales como es el caso de los Topos, grupos de rescate que arriesgan su vida para salvar la de personas atrapadas entre los escombros, así como la Solidaridad Nacional, revelada en la participación de miles y miles de voluntarios civiles en las tareas de rescate y auxilio a la población.
El pasado 19 de septiembre, exactamente a 32 años de aquella memorable tragedia, el país volvió a enfrentar la furia de la naturaleza, que puso nuevamente a prueba nuestra entereza, solidaridad social y compromiso con los demás, destacando nuevamente la acción ciudadana que no requiere convocatoria, ni protagonismos para movilizar a todo un ejército de voluntarios que se ponen al servicio de sus semejantes y de la patria, recogiendo escombros, donando recursos diversos en los centros de acopio y realizando todas las tareas necesarias durante la emergencia…lo que siempre nos recuerda lo acertado de la letra de nuestro glorioso Himno Nacional ”Un soldado en cada hijo te dio”
Por ello el día de hoy no voy a entrar en la polémica sobre quién está “obligado” a aportar los recursos para la reconstrucción, tampoco si ahí deben hacerse presentes los políticos, a través de los Partidos Políticos o los ex Presidentes, donando sus prerrogativas o pensiones respectivamente, pues en lo personal considero este un debate ocioso, prosaico y por demás oportunista, pues por un lado, considero que es momento de los ciudadanos, incluidos aquí los empresarios y su solidaridad anónima con los compatriotas en desgracia y no de los políticos…y por otro lado el Presidente ha expresado que tanto el FONDEN como los Seguros contratados por el gobierno serán suficientes para hacer frente a estas contingencias.
Hoy, cuando aún estamos en la etapa de la Emergencia, es momento de la atención a las víctimas y a los damnificados, para procurarles un techo aunque sea de manera temporal en albergues, donde puedan resguardarse.
La reconstrucción vendrá después y ni siquiera entonces se justificaría que los políticos se “paren el cuello” apresurándose a ser los primeros en “donar” los presupuestos de sus partidos que no son suyos sino de los ciudadanos, que se los otorgan como prerrogativas para fortalecer y hacer prevalecer nuestra democracia.
Por todo lo anterior, esta columna el día de hoy está dedicada a hacer una amplia valoración al pueblo de México y a expresar el orgullo que sentimos por el reconocimiento y aprecio de la comunidad internacional a nuestros conciudadanos que no han descansado un minuto para auxiliar a sus hermanos en desgracia. Ellos, junto a los soldados y marinos de nuestras heroicas fuerzas armadas, son los únicos y verdaderos héroes de la nación.