A través de los reportajes de las televisoras hemos visto el grado de corrupción de autoridades, funcionarios y constructores. Edificios que se vinieron abajo a unos meses de construidos porque las constructoras utilizaron materiales de mala calidad; autoridades y funcionarios que autorizaron usos de suelo inadecuados y otorgaron permisos para seguir funcionando a escuelas e instituciones con irregularidades o afectaciones estructurales en sus edificios. La gran corrupción que permea en muchos estratos de nuestro país y que fue evidente durante la conclusión de la inmensa mayoría de los gobernantes que concluyeron su periodo. Este país requiere de la reconstrucción física de muchas de las ciudades afectadas pero también, de manera importante, requiere de nuevos funcionarios y gobernantes que funcionen sin corrupción.