Hablar de donar vida es también pensar en la muerte. Esa dualidad que tiene el hombre; representa una nueva oportunidad para quien recibe un órgano y tejido, pero en la mayoría de los casos, también representa una despedida del ser querido.
El 26 de septiembre, se conmemoró el Día Nacional de la Donación y Trasplante de Órganos en nuestro país, fecha idónea para replantear qué hace Veracruz para “dar vida”.
La realidad es que no hay cultura, no hay presupuesto y no hay voluntad. Cifras oficiales revelan que al menos 34 personas han fallecido en los últimos 13 años en espera de un órgano, principalmente riñón.
Hasta dos o tres años debe esperar una persona para recibir la donación de un órgano o un tejido que le permita alargar o mejorar la calidad de su vida, salvo en los casos donde un familiar directo del paciente sea el donador. Ahí el protocolo de estudio tarda seis meses.
En nuestra entidad hay cerca de 700 personas en lista de espera para recibir un riñón, el único órgano que se trasplanta en hospitales públicos y privados. Y 15 casos de personas que requieren corneas, un tejido que sólo se puede obtener de donador cadavérico.
Apenas el año pasado se creó por decreto el órgano desconcentrado para regular la donación en Veracruz, pero existe una ruta trazada muy clara para la asignación de un órgano, con lo que se trata de evitar irregularidades: su venta al mejor postor.
A diferencia de Estados Unidos, en México no se puede revelar a la familia del receptor del órgano quién es el donador.
En el caso del riñón es un órgano que se puede donar en vida, un familiar o una persona cercana “no relacionada”, pero en este último caso se deberá contar con un documento notariado que acredite la proximidad entre el donador y el paciente.
Quienes están en el Centro Estatal de Trasplantes intentan con medios limitados promover la donación de órganos, incrementar el número de hospitales donde se puedan recibir y realizar trasplantes; además de buscar establecer acuerdos con la PGR y la FGE para acelerar el proceso en los casos de personas que mueren de forma violenta o accidentalmente.
La donación cadavérica es la más importante, porque la donación en vida puede traer secuelas y el paciente requerirá medicamento costoso (de 5 a 10 mil pesos mensuales) de forma permanente. El sector salud estatal no lo otorga, pero el IMSS sí, por eso concentra al 90 por ciento de las personas que requieren un riñón.
“Donar es una forma de interpretar que la vida no termina ahí”, decía la sicóloga Ruth Aguilar Yañéz, una de las principales promotoras de la donación de órganos. La doctora, muy joven por cierto, murió hace unos meses y dio vida a varios pacientes.

Méritos y vocación

“Los méritos y la vocación de servicio llevan al reconocimiento…”, lo dijo la Contadora Pública, Leonor de la Miyar Huerdo, quien fue homenajeada por amigos y familiares. Ella indudablemente reúne las dos características.
Se convirtió en la primera mujer en recibir –hace unos días- el reconocimiento “Al Mérito Ciudadano” por parte de la asociación civil “Filosofía, Cultura y Arte de Veracruz”. Ya está acostumbrada a liderar; lo hizo en su momento en la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción y lo ha hecho en el servicio público.
“Todas las actividades, las he desarrollado con transparencia, honestidad y con el fin de apoyar al colectivo”, expresó con visible emoción cuando recibió la distinción en la capital del estado.

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«Que no te agarre desprevenida la melancolía mi niña, aun si tienes el corazón roto o los huesos fríos por alguna ausencia. No la dejes meterse en ti con tu cabello suelto, porque fluirá en cascada por los canales que la luna ha trazado entre tu cuerpo. Trenza tu tristeza, decía, siempre trenza tu tristeza…Y mañana que despiertes con el canto del gorrión la encontrarás pálida y desvanecida entre el telar de tu cabello. »
Paola Klug

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