*Llevo 30 años en una despedida de soltero ¿Por qué necesito una ahora? Hefner, en declaración antes de su boda, en 1989. Camelot.
MUERE EL GRAN HUGH HEFNER
Muere a los 91 años, después de haber vivido una vida linda al lado de las mujeres más hermosas del mundo, el gran Hugh Hefner. Abuelito que, a sus 9 décadas, aún tentoneaba y tocaba lo que podía. Fue un mito en las revistas de caballeros, en la única Playboy, cuyo nacimiento creó un antes y un después en la vista de las mujeres desnudas, hermosas todas. Y de la Mansión Playboy, donde solo los afortunados y picudos traspasaban ese umbral del deseo. A su muerte, por la mañana, los mexicanos al grito de los memes, que a todos le buscan y encuentran, comenzaron a inundar las redes sociales. Hugh no solo tuvo que capotear acompañarse de bellos y esculturas rostros y cuerpos. También la historia de su revista, fue historia de crímenes. Como aquel de Ana Nicole Smith, una de las más bellas. Wikipedia: El 8 de febrero de 2007 murió Anna Nicole Smith, tras perder el conocimiento mientras estaba hospedada en el hotel y casino Seminole Hard Rock Cafe, en Fort Lauderdale (Florida). La autopsia reveló que la modelo se ahogó en su propio vómito, después de desmayarse por haber ingerido una sobredosis de metadona. Hubo más, la modelo serbobosnia Slobodanka Tosic, de 29 años fue detenida en Croacia y extraditada a Bosnia por la presunta implicación en cinco homicidios y varios robos millonarios.
LA REVISTA EN VENTA
La revista sufrió caídas. Traía tan extraordinarios reportajes, que los esposos, al llegar a casa y que las esposas no se los surtieran, decían que venía un reportaje sobre John Lennon, y que va, las perrillas salían a la orden del día. En los kioscos, en sus inicios, lograron cubrirlas con un plástico, para que los quinceañeros no tuvieran malos pensamientos ni lujurias. Hubo un antes y un después de Hugh Hefner, aunque luego llegara Penthouse y Hustle, sus competidoras, él ya había abierto el canal de las mujeres denudas en una revista. Luego llegó el Internet y los desnudos ya no eran lo mismo. Uno picaba la computadora y te aparecían miles, ya no se necesitaba la revista. Las cifras lo avalaban: de 5,6 millones de ejemplares vendidos al mes en 1975 a 800.000 en 2015. E iba más allá del desnudo: en la era de Twitter y de webs irreverentes que cuestionan el poder sin depender de contratos millonarios con anunciantes que las mantengan a flote, la revista también había perdido su cualidad de francotiradora cultural. Ya no era la venta de la revista lo que generaba sus ingresos, sino de las licencias que vendía a la industria de las camisetas, las colonias, los clubs, licores y joyería. En otras palabras: más de que de sus conejitas, Playboy vivía de un conejito, o sea, su logo, uno de los más célebres del mundo junto al de McDonald’s, Apple o Coca-Cola. Por eso, los cambios en la revista no iban a suponer una revolución en los libros de cuentas, pero sí un guiño hacia un mercado que pese a no ver con buenos ojos el erotismo estaba empezando a darle (según datos obtenidos por The New York Times) un 40 por ciento de sus ingresos totales gracias a esas licencias. Pues este hombre agraciado y afortunado ya se ha ido. Dicen los memes que no estará en el cielo como en la tierra, como así nos venden a nosotros los mortales cruzar ese territorio. Como aquí vivió agraciado, al lado de las mujeres más hermosas del mundo, algunas de las cuales llevó al matrimonio. Previó todo para ser sepultado al lado de la gran Marilyn Monroe, que fue su primera portada. Descansará junto a ese mito de belleza. Un día de 1999 se enteró que el nicho mortuorio de al lado lo vendían. Rápido lo compró y allí descansará con ella: “¿Quién no querría pasar la eternidad al lado de Marilyn?”, dijo. Hefner contó que el mejor invento del mundo había sido la pastilla azul, el Viagra, y así se fue encomendado a Dios y rodeado de cuerpos celestiales. Que en paz descanse, aunque allá no tenga lo que aquí tuvo. Amén.
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