«Hay quien ve el protagonismo de Aurelio Nuño en el proceso posterior al sismo como un símbolo de que «el gran elector» aprovchó para placearlo… pues ya se habría inclinado la balanza a su favor. Pero tambipen hay quien repara en el desgaste que le ocasionó estr en episodios como el del Colegio Rébsamen, lo que sería un gran pasivo para él.. No hay claridad de porqué, a pesar de que estuvo trabajando de manera intensiva desde el primer monmento, se dejó en un segundo plano a José Antonio Meade. Una posibilidad es que fuera par preservarlo del desgaste y por ello, en la Cumbre de Los Pinos del miércoles, en torno a la reconstrucción, él habría sido el que condujera el evento». Lo comenta Enrique Quintana en «El Financiero».