La SHCP y los especialistas coinciden en que el impacto de los sismos del 7 y 19 de septiembre no va a afectar el crecimiento del PIB e incluso hay quienes sostienen que éste puede tener un aumento marginal derivado de los recursos adicionales que se involucren en la reconstrucción.
El total de las víctimas suma 361, de éstas, 220 en la Ciudad de México, y los inmuebles dañados llegan a 200,000 en los estados de Oaxaca, Morelos, Chiapas, Puebla, Tlaxcala, Estado de México y la Ciudad de México, según datos oficiales.
Las viviendas afectadas son 153,000 y de éstas 55,000 totalmente destruidas, de ellas 49,800 en Chiapas y Oaxaca. Las escuelas afectadas suman 12,931, según la SEP y las edificaciones del patrimonio monumental del país dañadas llegan a 1,500, de acuerdo con la Secretaría de Cultura.
Todavía falta por cuantificar con precisión los daños a la infraestructura de comunicaciones, a la hidráulica y los sufridos por el sistema de hospitales del IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud.
El gobierno de la República calcula en 31,000 millones de pesos (1,700 millones de dólares) los recursos que se requieren para la reconstrucción. Esta cantidad puede crecer en los próximos días en la medida que se identifiquen más daños.
13,000 millones de pesos (716 millones de dólares) son para la reparación de escuelas. De éstas, 577 deben ser reconstruidas totalmente, 267 en Oaxaca y 192 en el Estado de México, 1,874 en forma parcial y las otras 10,480 tienen daños menores, pero requieren alguna intervención.
10,000 millones de pesos (544 millones de dólares) para apoyo a la construcción de viviendas. De ellos 6,500 millones de pesos en Chiapas y Oaxaca, que es la zona más afectada. 8,000 millones de pesos (440 millones de dólares), para la restauración de los edificios del patrimonio nacional dañados.
La SHCP ha dicho que existen los recursos necesarios para la reconstrucción y que para ello es necesario que en la Cámara de Diputados se realicen ajustes a la propuesta del paquete fiscal que ésta ya tiene en sus manos.
Los ciudadanos han expresado la necesidad de que todos los recursos destinados a la reconstrucción sean auditados por instancias creíbles. Hay desconfianza en el gobierno. Se teme que muchos de estos recursos vayan a manos de la corrupción.
En el México de hoy, los gobiernos de la República y de los estados afectados van a estar siendo vigilados por millones de ciudadanos en cómo se realizan las obras y cómo se ejecutan los recursos. La reconstrucción puede ser un momento único y excepcional para cerrar la brecha que ahora existe entre el gobierno y la ciudadanía, pero también un espacio para que ésta se profundice. Ya lo veremos.
Twitter: @RubenAguilar