*De Johan Cruyff: “Sólo hay un balón y quien lo tiene, decide”. Camelot.
LOS DUEÑOS DEL BALON
Siempre se sospechó, y siempre se corroboró que los verdaderos dueños del balón del soccer en México, eran Televisa, y ahora su socia comadre, TV Azteca. A nosotros, desde niños nos destetaron con varias cosas de relevancia en nuestras vidas: El PRI, por el que los adultos votaban, era el tiempo del partido casi único; Telesistema Mexicano, la mamá de Televisa, televisión que veíamos en blanco y negro y con mucha neblina, en aquellos noticieros de Ignacio Martínez Carpinteyro, y con las corridas de toros magistrales, narradas por el gran Pepe Alameda (El toreo no es graciosa huida, sino apasionada entrega), las narraciones futboleras con Paco Malgesto y Fernando Marcos, el del último minuto también tiene sesenta segundos. Excélsior, que era el periódico de la vida nacional, y la Virgen de Guadalupe, no precisamente en ese orden, ah, se me olvidaba la revista Siempre del maestro Pagés Llergo. Televisa ha sido dueña de nuestras vidas y de nuestras lágrimas, en la telenovelas, donde un día pusieron a llorar hasta a los ricos. Los noticieros, desde Jacobo, nos decían por dónde ir y por dónde movernos, eran nuestra hoja de ruta en un país donde aún no nacían las redes sociales y las noticias ellos las encaminaban, para bien o para mal, como buenos soldados del presidente (Azcárraga dixit). Los Pinos y Chapultepec 18, eran dos hermanos, dos referentes. Se sospechó, además, que después pusieron presidentes, y a Peña Nieto le enjaretaron que de allí vino, del Edomex al Canal de las estrellas y a Los Pinos. Hoy surge otra disputa en medios. Sucede que, desde que el mundo comenzó a girar con un balón en el campo, Televisa controló y controla el futbol mexicano. Grandes fueron las hazañas cuando el segundo Azcárraga, el Tigre Emilio, al lado de Don Cañedo, como le decía de cariño Joao Havelange, presidente de ese ente mafioso llamado FIFA, al presidente de la Femexfut en ese entonces. Emilio y Guillermo Cañedo, solitos, trajeron dos mundiales. No necesitaron de vejigas para nadar. Una vez se enfrentaron al poderoso presidente de Estados Unidos, creo que fue Nixon, pues querían el Mundial para ese país. Mandaron sus divisiones panzer, la encabezaba el mafioso Henry Kissinger, y se dieron el lujo de contratar a Pelé, que ese vende su alma al que le dé más dólares. Azcárraga y Cañedo los vencieron. 1-0, en esa sede de Suiza donde México era de los pocos países que celebrarían dos mundiales. Solo por ellos, por esa dupla. Con el tiempo se fueron desgastando, todos los imperios y los emperadores terminan por salir por la puerta de atrás, ahí está el caso de Porfirio Díaz, si a tiempo se hubiera (ah los dichosos hubiera) retirado, hoy tendría las mismas calles principales de Francisco I Madero, que hay una en cada pueblo. Pero no, se quedó más años de los que debía, y terminó en el basurero de la historia, con todo y sus grandes obras.
HISTORIA FUTBOLERA
Antier se venció el contrato de las televisoras de la Selección Mexicana de Futbol, equipo que no pasan del quinto maldito juego, pero son un negocio que deja muchos millones de dólares, a las televisoras y a los patrocinadores. Como en tiempo pretérito pasado, diría Minga, no había más que dos canales, más bien uno, luego se sumó TV Azteca, pues los contratos eran para ellos, nadie pujaba, nadie ofrecía y nadie se ponía como postor, en ese tapete verde solo sus chicharrones tronaban. Ahora se les apareció el diablo llamado América Móvil, cuyo comandante en jefe es Carlos Slim, que ya mete manos y dinero al futbol, para que compartan. En el tapete de las pujas, Televisa y TV Azteca ofrecieron 200 millones de dólares, por 8 años, o sea dos mundiales para ellos y su filial, Univisión, en Estados Unidos. Slim les ofreció por el mismo tiempo, 260 millones de dólares, para sus filiales y Telemundo en Estados Unidos. ¿Qué creen? Ganaron los que ofrecieron menos dinero, para Ripley. El mundo del futbol se consternó, nadie desecha 60 millones de dólares, pero la mayoría de los presidente de clubes viven aterrados con Televisa (recuérdese la historia de Emilio Maurer) y, además, tienen a su empleado, Decio de María, un inútil que solo está al servicio de las televisoras haciéndole un gran daño a ese futbol que no pasa de ganarle a Honduras y a los poderosos panameños. Los que saben de estas cosas y estas trampas, Joserra, Faitelson, Carlos Albert, Gómez Junco y demás, tuitearon que era una vergüenza para el país hacer eso, en tiempos que lo que se requería era abrir ese abanico y que la transmitieran todos los que compraran, para que así uno escogiera a su gusto a los narradores. Pues no, el mafioso Necio de María y sus cómplices, argumentaron que existía una cláusula de renovación automática para Televisa y TV Azteca, y nada pudieron hacer. Ajá. Los votos de los presidentes fueron 12 a favor y 4 en contra. Aún Televisa es dueña de nuestras cosas, y nuestras lágrimas. Ni hablar.
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