Vivimos una polarización en la aproximación de debate político que se hace en Veracruz, con inclinación mayor hacia la descalificación y fatalismo sobre la alternancia ocurrida recientemente. La narrativa hegemónica en zonas como Xalapa y algunas otras está nutrida de prejuicios, desinformación, exageraciones, parcialidades, sectarismo y apologías de la desesperanza. Desde los primeros meses de la actual administración estatal, la de la alternancia inaugural, ya se hablaba de fallas grandes y nulos resultados; con cierta precipitación se le decretaba fallida. Algunos esperaron un poco para anunciar su fracaso. Hay gente seria, con regular trayectoria, que así lo indica, junto a un bloque muy homogéneo que sistemáticamente destaca las carencias y las notas rojas para dar a entender que el Gobierno no puede o no quiere enfrentar los graves problemas que nos lastiman y cuestionan.

Debe señalarse que no hay antecedentes de alternancias que hayan tenido lugar en nuestra entidad, por tanto son mínimos o novedosos los elementos comparativos. Desde ese punto de vista se necesita una mayor esfuerzo de análisis y serenidad, despojarse de camisas facciosas y oportunistas, para enfocar los fenómenos que rodean a la alternancia veracruzana. Hay que apuntar las condiciones en que se recibió a la administración estatal, eso no debe abstraerse ni obviarse; ese es el punto de partida para la evaluación que al menos debería ser de un año. Sin buscar justificar a nadie si no se consideran las deudas y crisis financiera, la huida y abandono del ex gobernador, el manejo de empresas fantasmas, la falta de cumplimientos ante la federación, la degradación institucional y la mezcla delictiva y policial, al menos, entonces no se estaría hablando en serio ni habría actitud de buena fe para contribuir a las soluciones.

Se dice que la ciudadanía votó a favor de la coalición PAN-PRD para expresar sus demandas de cambios varios y a ese voto se le cargan todas las expectativas que se quieran y ocurran. Eso es parcialmente cierto, en tanto que otras fuerzas políticas, al menos dos más, también recibieron votaciones relevantes. En ese sentido debe considerarse una votación plural que da mandato para ejercer el poder ejecutivo pero también aloja a las oposiciones en el poder legislativo, agregando una inmediata votación municipal que dio como resultado una composición marcadamente plural de los Ayuntamientos. El gobernador tiene una estructura ejecutiva fuerte pero no puede gobernar en forma autónoma y absoluta, sin considerar a los otros poderes, a los partidos políticos, a los factores de poder, a los Ayuntamientos, a los órganos autónomos y a la sociedad civil.

La proximidad del primer informe del gobierno de la alternancia abre una buena oportunidad de análisis sobre lo que ha significado este gobierno, en qué ha traído cambios, en qué ha fallado y lo que se puede esperar. Siendo realistas no es mucho lo que se puede esperar de analistas que han abandonado el análisis para brincar a la propaganda ni de oposiciones cuyas limitaciones de posicionamiento está registrado en sus declaraciones sin responsabilidad y feria de ocurrencias. Sin embargo, siempre valdrá la pena insistir en una línea propositiva, en poner el acento en las coincidencias y en la unidad básica. Obviamente se requiere tolerancia, respeto al otro y la comprensión de los graves problemas que nos rodean y lastiman. Salir del abismo en que nos lanzaron las recientes administraciones supera a un partido determinado y a un gobernante en particular. Lamentablemente nos condicionará la elección federal, donde habrá quienes la privilegien sin hablar y actuar en función de VERACRUZ.

Los grandes temas están a la vista y requieren definiciones actuales, siendo pesados condicionamientos para mejorar las condiciones de nuestro estado. Es la crisis financiera con su pendiente reestructuración de la deuda, es la violencia estructural con fondo del crimen organizado y la pendiente reestructuración de las fuerzas de seguridad, es el diálogo y acuerdo político que traiga certidumbre y estabilidad, es la comunicación y contacto con la ciudadanía para fomentar su participación y corresponsabilidad en el rumbo de nuestra golpeada entidad jarocha. La alternancia es cambio en si pero necesita tiempo y maduración para dar resultados. La alternancia requiere una ciudadanía despierta e informada pero también oposiciones leales y democráticas.

Recadito: una sociedad incluyente es impensable sin una educación inclusiva.

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