La ruptura en el PAN es un hecho y no hay marcha atrás. La decisión de Margarita Zavala, aunque no se lo proponga, de entrada beneficia al PRI y perjudica al Frente Ciudadano por México (FCM), del que es integrante el partido en el que militó.
De cara a la elección del 2018, lo que resulta interesante es saber si Zavala, ya como candidata independiente, va a crecer o no electoralmente y, si es el caso, de qué dimensión va a ser su aceptación.
Es cuando realmente se va a saber el tamaño del daño que puede hacer al PAN y al FCM y en qué medida, por la división del voto, favorecer al PRI. Su decisión tiene una influencia, pero debe precisarse de qué grado.
En el caso de Zavala, los porcentajes de aceptación que registran las encuestas eran como integrante del PAN. Las nuevas valoraciones serán como independiente. Está por ver si va mantener esos números o si éstos disminuyen o crecen.
Zavala será candidata sólo en la medida en que logre reunir, en tiempo y forma, el millón 300,000 firmas que necesita, para garantizar su registro. El millón que exige la ley y las otras, para cubrir las que puedan tener algún problema y sean rechazadas por el INE.
Ella inicia una nueva etapa de su vida política ya sin el apoyo de su partido. La tarea de construir una red ciudadana, para hacerse de las firmas y apuntalar su candidatura no es fácil, pero tampoco imposible.
El tema central es conseguir los primeros recursos, ya sin partido, para contratar la mínima estructura profesional que requiere. Los que ahora tenía eran sobre el supuesto de que iba a ser la candidata del PAN, pero esa posibilidad ya no existe. ¿En su nueva condición sus donantes la seguirán apoyando?
Con la llegada de Zavala, la lista de los independientes crece. Ahora todo indica que es imposible un acuerdo entre ellos, para que sólo vaya uno. Su primer enfrentamiento se va a dar por conseguir las firmas. Un firmante sólo puede optar por uno de ellos.
En una primera lista hay una docena de candidatos que quieren el registro y falta todavía una semana, para que se puedan apuntar más. Si estos 12 lo lograran serían 15 millones 600,000 firmas. Es claro que en el mejor de los casos sólo las van a obtener dos o tres.
Si lo logran dos o tres se van a dividir el voto y resulta imposible que uno de ellos se pueda hacer de la Presidencia. En ese caso la pulverización del voto va afectar a los partidos. A unos les perjudica y a otro les ayuda.
La decisión de Zavala modificó el panorama de la elección presidencial del 2018. En los próximos dos o tres meses queda por ver la manera en la que la salida de Zavala del PAN impacta las preferencias electorales de todos los interesados en competir.
Twitter: @RubenAguilar