La protección civil debe estar en todas partes y en todo momento. Todo el territorio del país en donde exista un individuo o un grupo gregario de personas debe ser objeto, causa y efecto de la acción de la protección civil (P. C.), tanto por parte de una entidad pública, privada y/o de carácter mixto. En anterior entrega habíamos dicho que la P. C. empieza en el hogar, de ahí se traslada a las casas contiguas, a la calle (cuadra), manzana, colonia y así sucesivamente. Nadie, ningún individuo puede ni debe estar exento –ni se puede ni se debe excluir- de la acción de la P. C., tanto en espacios urbanos como rurales (campestres), vías de comunicación, ambientes hídricos y terrestres.

Y lo anterior viene a colación porque acabo de ser testigo de algo que debería ser objeto de la cobertura de la P. C., relato la experiencia. Por razones que no viene al caso comentar aquí, estoy viajando dos o tres veces por semana al puerto de Veracruz. Me voy por la mañana y regreso en la noche. La hora del regreso varía según las actividades que realizo en el puerto, pero he salido de regreso a Xalapa entre las 20 y 22 horas, rara vez he salido más tarde.

En ese tiempo que tengo yendo y viniendo en el mismo día de la capital al puerto, tendrá unos 5 meses, me he podido percatar con pena del abandono en el que se encuentra este tramo carretero que no supera los 110 kilómetros. Yo no sé bien a bien a quién corresponde la jurisdicción en materia de P. C., de seguridad pública (vial y carretera) de esta carretera estatal concesionada a empresas particulares, de hecho se supone que la concesión acaba de ser renovada por parte del Gobierno del Estado a las empresas concesionarias.

Se esperaría que este tramo de carretera que el estado ha puesto en manos de particulares fuera un ejemplo de lo que debería ser una asociación público-privada exitosa, pero no. La carretera muestra un pavimento asfáltico apenas regular, mal señalizado, con espacios verdes que muestran poco mantenimiento (enmontados), pero más allá de eso el panorama es desolador en lo que se refiere a que sea una carretera con una cobertura efectiva en materia de seguridad vial a los usuarios y de protección civil, carece totalmente de estos vitales aspectos, y eso se llama incumplir con una obligación establecida por ley para todo ente público y/o privado que se llama RESPONSABILIDAD CIVIL.

En todo el tramo carretero es difícil observar una, pero solo una patrulla de seguridad pública o unidad de auxilio vial. El panorama es desolador de veras, hasta peligroso, no me quiero imaginar cómo estarán otros tramos carreteros más alejados de la capital si éste se encuentra como está. Es una carretera penosamente premoderna, da pena por su estado deplorable que luce abandonado. Además, mínimamente, digo, podría estar pavimentada con concreto hidráulico y tener señáletica de luces de advertencia para cuando hay neblina, el piso está resbaladizo por la lluvia o hay encharcamientos de agua, para conducir con cuidado.

La otra vez, han de ver sido como las 22 horas, me encontré pasando la caseta de cobro de Cardel a dos automóviles en una situación de emergencia carretera, con sus ocupantes haciendo señas a los automovilistas para que los auxiliáramos, yo no me pude parar porque no me percaté a tiempo de la urgencia de estos dos vehículos, porque además la carretera se percibe solitaria en extremo, en pocas palabras desolada, y no me lo tomen a mal pero en las actuales condiciones de inseguridad que vivimos, pues la verdad es que ya le piensa uno para detenerse.

Total, que si el gobierno tiene concesionado ese tramo carretero mínimamente les debería exigir a los concesionarios un mantenimiento y conservación de la carretera más adecuado, de mayor calidad, con señalización perfectamente dispuesta, en las casetas deberían ser visibles como mínimo una ambulancia de servicios médicos, una unidad de servicios mecánicos y unas dos grúas para el servicio de los usuarios que, créanmelo, no somos pocos, o sea, el negocio está garantizado.

Pero además, en esta época de aplicaciones computacionales, cómo es posible que no haya una o varias App’s que los concesionarios pongan a disposición del público usuario para que en casos de una emergencia carretera, ¡las 24 horas del día!, pueda mandar un Whatsapp al celular de un centro de control, comando, comunicaciones y cómputo de la empresa concesionaria especificando la emergencia, con la ubicación de Google, y el centro de comando garantizar el traslado de las unidades de auxilio según la emergencia a atender. A cualquiera se le puede ponchar o volar una llanta, le puede dar un infarto, o se puede desmayar por las razones que se quiera, la cosa es estar debidamente cubierto por algo que se llama protección civil, seguridad pública y en carretera.

Ojalá haya alguien que haga caso.

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@marcogonzalezga